MÚLTIPLOS-CARPE DIEM

La galería Vilaseco Hauser ofrece hasta el 31 de enero la exposición Múltiplos-Carpe Diem Editions, formada por obra fotográfica de casi 50 creadores, que colaboran con el centro lisboeta de arte contemporáneo Carpe Diem Arte e Pesquisa, dedicado a la producción de múltiplos, en ediciones limitadas. El horaciano título de “carpe diem” nos invita a gozar del día o, en este caso, del instante atrapado en estas instantáneas –valga la redundancia– en las que se multiplican las sugerencias; desde edénicos jardines, como los del antiguo palacio de Pombal, de Gabriela Albergaria, a incitaciones ufológicas, como el UFO Sighting de Miguel Pacheco o poéticas y metafísicas reflexiones, como las que la brasileñaTatiana Blass se hace con su obra “Piano surdo. Metade da fala no châo”, en la que representa un teclado derritiéndose y cayendo en blanquecino líquido sobre una mancha del suelo; es esta, precisamente, una de las obras que nos ha parecido más interesante.
A ella sumaríamos, la obra “Complicidades” de Rosa Reis, por su sutileza en el tratamiento de la luz, cuya temática es precisamente la memoria y la luz; igualmente sutil es la obra “The fall” de José Carlos Teixeira que habla del descenso de la luz a la sombra. Atravesamos luego espacios de monte y de mar, con Marcio Vilela o los “Paisajes transitorios” de Cristina Meirelles o entramos, con Álvaro Negro, a paisajes ocultos tras una mítica “Estela”. Por una escalera azul nos lleva José Spaniol a su “Vista assim”, un territorio inédito en el blanco aire. De gran delicadeza, e igualmente levitantes, son los “Lugares de una cierta atmósfera” de la parisina (1982) Amelie Bouvier. No faltan las referencias arqueológicas, como las del bonaerense Alejandro Somaschini; o las reflexiones sobre el tiempo, como las del reloj sin aguja de Tatiana Macedo; o las evocaciones del pasado, como en “Pintura descolada”, de Felipe Barbosa y Rosana Ricalde.
Encontramos también abstracciones de color, como los “Pedazos magenta” de Marcia de Moraes, y abstracciones geométricas, como la “Fronteira” de Ding Musa o los “Minsscapes” de Fernando Velásquez. Pedro Croft desnuda estructuras y andamiajes y algo similar hace Manuel Caeiro. Pasan por ahí también algún pistolero mejicano, llanuras nevadas, cartografías de Australia y hasta hay horizontes confinados a la vulgar cotidianeidad, como los de la parisina Júlia Kater. A nosotros nos place terminar este artículo suspendidos de la delicada pluma de pavo real que Mariana Palma suspende sobre la inmaculada blancura de la nada.

MÚLTIPLOS-CARPE DIEM

Te puede interesar