Un cóctel de cien días de cortesía y de cambio

Valdano, un tipo locuaz, la antítesis del mudo de los Hermanos Marx, aseguró en su momento que el fútbol es un estado de ánimo. Se refería al vestuario, pero transponiendo la afirmación al ámbito social hay que concluir que el estado de ánimo del Deportivo está un poco crispado de más. La asamblea sirvió para confirmarlo. Hubo demasiada tensión, que si nunca suele ser buena, aún lo es menos cuando el equipo se está jugando la posibilidad de regresar a Primera División. Lo importante ahora es unir, olvidar las rencillas del pasado y mirar hacia delante. El Deportivo está por encima de las personas. Si de los jugadores o de los entrenadores siempre se dice que están de paso y que lo que permanece es el club, lo mismo ocurre con el resto de personas que asumen alguna responsabilidad. Lo mejor, por lo tanto, es recuperar el sosiego y esperar, como mínimo a que transcurran los cien días de cortesía, que siempre hay que respetar.

Un cóctel de cien días de cortesía y de cambio

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