La mano de Dios y la cabeza del diablo

ALAN Shearer, figura del fútbol inglés de finales de los ochenta y principios de los noventa y el mejor rematador de cabeza de esa época, está preocupado por los daños cerebrales que ocasionan los testarazos. Maradona, figura del fútbol mundial de unos años antes, no necesitaba golpear el balón con la frente, prefería hacerlo con la mano de Dios. Su cabeza ya estaba suficientemente desarreglada y la cosa ha ido a más. Ahora quiere meter a su hija Gianinna en la cárcel por blanquear dinero. La víctima de ese delito sería el Estado, no el Pelusa, pero explicárselo a él va a ser bastante difícil. FOTO: maradona, aunque no lo parezca | aec

La mano de Dios y la cabeza del diablo

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