FRUTAS EXTRAÑAS

Cuando apenas me asomo a la tristeza de Billie Holliday y la letra de la canción “Strange Fruit”, me entero de la muerte de Javier Krahe. 
Los muertos se juntan, se agolpan, en el inmenso segundo que ocupan los vacíos. Así que, de alguna manera “Fruta extraña” está dedicada a él; supongo que la sra. Satén no sería ajena al cantautor de la Mandrágora. 
Si alguna vez os acercáis a este álamo, una vez oída la canción, ya nada será lo mismo. Estos árboles sureños dan una fruta extraña, una fruta de muerte, como esa que vuelve a brotar en algunos estados de Norteamérica. “Sangre en las hojas y sangre en la raíz”, gotas de cuerpos asesinados, “cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña”. No hay otra forma de cantarla si no es con una tristeza que parte el corazón, la cante Nina Simone o ella. 
La canción fue grabada en 1939 y parece que el tiempo no ha pasado. “Ojos saltones y boca torcida”. Ya sea con acompañamiento de clarinete o del lento piano de Simone, se huele a carne quemada, “fragancia de magnolias, dulce y fresca, de pronto, el olor a carne quemada”. El piano suena como las gotas de sudor que riegan la tierra yerma y seca. 
Pocas veces la tristeza de la muerte, del asesinato, se revistió, se acicaló con tanta belleza; “he aquí una fruta para que los cuervos la arranquen, la lluvia la recoja, el viento la absorba, para que el sol la pudra, y caiga del árbol”. Los negros asesinados cuelgan de los árboles, tambaleándose, alumbrados por la Luna, fríos cadáveres recogidos por la mañana como una amarga cosecha, “he aquí una extraña y amarga cosecha”. La canción es de Abel Meerepol, un profesor, poeta y activista social, que la escribió en el año 1930 después de ver una foto de los linchamientos de Tom Ship y Abe Smith en Marrion (Indiana). 
Los ojos de Holliday al interpretarla solo pueden mirar el interior de las personas. La canción fue nombrada canción del siglo por la revista Time en 1999. No es que esto signifique mucho, y sobre todo si uno ve para lo qué ha valido, ya que este “galante” Sur parece que quiere rebrotar en estos días en su peor versión, quizás como una especie de aviso a Obama, entre otras cosas.

FRUTAS EXTRAÑAS

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