En 1978, Constitución, capítulo segundo, sección primera, artículo 16.3: Ninguna confesión tendrá carácter estatal.
En 1979, el Estado llegó a un acuerdo económico con la Iglesia aplicable a la Conferencia Episcopal, las diócesis, parroquias, órdenes, congregaciones religiosas, y el resto de la patulea que, a efectos fiscales, son entidades no lucrativas.
Por lo tanto, la Iglesia no paga impuestos por donaciones que reciba de quien carallo sea. Pues bien: el Gobierno de Mariano Rajoy dispone en su Presupuesto para 2016 que reciba 13.266.216 euros al mes como adelanto del IRPF. Es decir: 159.194.592 euros al año.
¡Tócate los cojones con las confesiones, comuniones y extremaunciones! Tal parece que el maná que cayó del cielo en el desierto para el pueblo elegido todavía cae en España para esta confesión religiosa de origen judío. Luego dirán los hebreos de Israel –que mataron al nacho de Belén– que somos antisemitas. ¡Sí! Y una mierda.