PAGAR UNA MULTA EN A CORUÑA

Cualquier ciudadano que disponga de un ordenador, una tablet o un teléfono móvil está conectado con todo el mundo y puede comunicarse y realizar desde su casa operaciones bancarias, operaciones bursátiles, efectuar pagos y comprar productos en millones de tiendas del universo.
Falta algún tiempo, seguramente poco, para que las compras sean mayoritariamente electrónicas –en A Coruña hay ya comercios online–-, pero existen ya algunos productos que presentan una gran demanda en el mercado de internet. A día de hoy artículos como ropa, libros y revistas, productos de electrónica, música, juguetería, viajes y algunos otros son más vendidos a través de la red que en los locales comerciales tradicionales.
En resumen, que las nuevas tecnologías han puesto al mundo a nuestro alcance para realizar todo cuanto podamos imaginar…, menos para pagar una multa de tráfico del Ayuntamiento de A Coruña con los sistemas de pago de uso común y masivo en las  transacciones comerciales.
Un vecino de otra ciudad gallega contaba que cometió una infracción de tráfico en una calle de esta ciudad y fue multado por la pareja de policías locales que le entregaron el boletín correspondiente, que el infractor firmó consciente de que merecía la sanción.
A los pocos días, el conductor sancionado se acercó a su entidad financiera –colaboradora habitual del concello coruñés– para pagar la multa y no fue posible hacerlo porque dice la letra pequeña del boletín de denuncia que “con la denuncia notificada en el momento de la infracción” hay que pagar en la Caja Municipal previa obtención de la carta de pago en los Registros Municipales de María Pita, Fórum Metropolitano o Ágora.
Es decir, que un ciudadano multado en A Coruña que viva en otra ciudad o aldea de Galicia tiene sanción doble, una por la infracción de tráfico y la segunda por el coste del viaje a las dependencias de María Pita para pagar aquella sanción. Don Ciprián de Penalva, que gustaba de los dichos populares, sentenciaría: “Si non queres caldo, toma dúas tazas”.  
¿Alguien lo entiende? ¿Cómo es posible que en plena “era tecnológica”, cuando el mundo entero está a nuestros pies, un ciudadano no pueda pagar una multa del Ayuntamiento coruñés desde su casa mediante una transferencia electrónica o desde la entidad bancaria donde tiene su cuenta?
A Coruña pasa por ser una ciudad moderna e ilustrada, pero su administración municipal parece seguir anclada en el antigua régimen.

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