SI el peinado de Anasagasti ya llamaba la atención, el de Trump es aún mas impresionante. Tiene maravillada a tanta gente que se dejó despeinar en un programa de televisión para demostrar que no lleva peluquín. Comprobado que todo es natural, ahora convendría trepanarle el cráneo para comprobar si bajo la cabellera hay cerebro o si las raíces capilares hacen la función de las neuronas.