¿Dónde está el éxito

España es el gran éxito económico del mundo, decía hace unos días un jocoso ministro Montoro, y lo ratifica en Japón el Presidente al utilizar la expresión “Hoy se habla de cuán grande va a ser la recuperación española” posiblemente turbado por la inesperada colocación de una rosa roja en su solapa. La cadena de autobombo y declaraciones triunfalistas no cesa. Tratar de convencernos de  que este es el mejor septiembre en años, o que los presupuestos del 2014, son los de la recuperación y  conocer la realidad es como en las novelas, pura ficción.
Si este es el mejor septiembre en años venga Dios y lo vea. Alguien debería explicarlo con un mínimo rigor. De lo que sabemos, no de lo que dicen, el paro sigue subiendo, es decir no se ha creado empleo. Tenemos encima otro copago de medicamentos, esta vez los fármacos hospitalarios para graves enfermedades crónicas, como cáncer o hepatitis C. No es cuestión menor, está en juego la vida, o su calidad temporal, y va depender de que quien lo sufra, pueda o no pagarlo.
También se aproxima una congelación en los salarios de funcionarios, y como no, se confirma la devaluación de las pensiones que ya no serán revisadas según el índice de precios. Y ya molesta la  tozudez de la ministra del ramo, haciendo comulgar con ruedas de  molino, y haciendo pasar por tontos a los jubilados que afortunadamente en su mayoría,  todavía tienen capacidad de pensar por si mismos.
Tampoco es el mejor septiembre para los estudiantes, ni para los jóvenes que tienen que emigrar, ni para los emprendedores que no pueden acceder a un crédito; ni de tres mil euros para ir tirando con su pequeño negocio. Una banca desbocada se ha tragado las ayudas públicas que en modo alguno revierten en estimular la economía.
Ninguna esperanza se deduce de los presupuestos del próximo año, evidentemente no son de la recuperación, ni del empleo. Sin inversión pública y con tremendos recortes en gasto social  el consumo será de supervivencia y así no se vislumbran alegrías.
Sería  bueno que  explicaran donde está el milagro, y si no lo hay, como reconocen los expertos y lo perciben las personas, no mientan más y no utilice un lenguaje tan perverso. Porque en vez del éxito, mas bien vamos camino del éxitus.

¿Dónde está el éxito

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