LA MECHA

La mecha serpentea por cada barrio con un paisaje de tiendas vacías y sombras cabizbajas camino de la oficina del paro. Esos lugares que se mueven entre el desánimo y la decepción, donde la indignación hierve con cada subvención eliminada y las promesas incumplidas se cuentan por decenas.
Conscientes sus habitantes de que hace mucho que dejaron de interesar a los que gobiernan. Trastos inútiles hasta las siguientes elecciones. Ruido de fondo al que no se presta atención. Quienes tienen el poder ya no se molestan en mantener las formas ante ellos. Disimular siquiera los abusos, los engaños, las injusticias. Perdida la vergüenza, nada importa.
Los vecinos sacan las cacerolas a la calle y gritan su rabia sin que las quejas logren traspasar los muros de los despachos. No hay respuesta a sus peticiones, sus denuncias solo se recogen en las páginas del diario local. Hasta que un día alguien prende la mecha. Y todo salta por los aires.
Los contenedores arden en medio del caos de cristales rotos y encapuchados que lanzan lo que encuentran al alcance de la mano. Ya son noticia. Las imágenes corren por las televisiones y las redes sociales. Todo el mundo se pregunta a qué se debe el estallido de violencia. Se oyen entonces sus voces. Para desvincularse de los actos vandálicos, pero sobre todo para hablar de irregularidades que benefician a unos pocos y perjudican a casi todos. Y un buen día, el proyecto se paraliza. Por una vez, son los ganadores. La moraleja de Gamonal es que la fuerza vale más que la palabra.
La mecha pasa por los barrios empobrecidos, por las empresas asfixiadas, por los colegios ninguneados, por las universidades maltratadas, por los hospitales moribundos. Miles de kilómetros de rebelión latente y muchos motivos para saltar. El párking de Burgos es el centro de salud cerrado de Cádiz o los profesores despedidos de Valencia. Solo hace falta una chispa para descubrir que el paso del enfado al odio es más pequeño de lo que imaginamos. Y que si llegamos a ese punto la vuelta atrás es casi imposible. Algún consejo de expertos debería avisar a quienes se juegan algo más que el cargo. Antes de que sea tarde.

LA MECHA

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