Mismo objetivo, distintos caminos

No sé si hemos valorado adecuadamente el hecho de que todos los partidos han entrado en un proceso de recomposición, cambio y realineamiento que quieren materializar de modo simultáneo, incluso con la celebración de sus congresos en espacios temporales semejantes. Aparte del factor contagio, opera el factor necesidad y la precisión de aclararse ante sus seguidores. Es sobresaliente, por ejemplo, el caso de Ciudadanos, que ahora dice desprenderse de su componente socialdemócrata, sin explicarnos cuándo han sido tal cosa. Eso en Alemania tal vez se hubiera entendido de alguna manera, por la confusión coalicionista entre CDU y SPD. Pero aquí la maniobra de los de Rivera se entiende en clave de coherencia con su alineamiento con el PP, con lo cual no quiero decir que los dos partidos sean iguales. Se distinguen sobre todo por la huella de la mayor frescura y juventud de Ciudadanos. Y no digamos por la larga experiencia política y de gobierno del PP de Rajoy.
En la izquierda el proceso es diferente, pero tampoco demasiado. Recordemos los lances socialdemócratas de Pablo Iglesias, y antes sus proclamas revolucionario-antisistémicas. La pugna entre el pablismo y el errejonismo es real pero sutil y es el fenómeno de mayor brillantez en la España posterior a la X Legislatura. Esa brillantez y la alta cota intelectual del conjunto del podemismo pueden ser el preludio de un no lejano triunfo en las urnas. Esto es lo que explica la atención con la que se les sigue. Corren un serio riesgo, sin embargo, el derivado del síndrome de la soberbia y de la coincidencia con los socialistas en el mutuo error de su tendencia a no entenderse. A ver si en el PSOE se inventan un genio.

Mismo objetivo, distintos caminos

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