LA HERÁLDICA DEL PODER

Cuando aún resuenan los ecos de la batalla entre el monedero y la cartera, se desata, heráldica y ruidosa, la de los apellidos.
El enfrentamiento sobrevino cuando el hijo de los Sánchez le pidió al godo Gómez que diese un paso atrás en su pretensión de conquistar Madrid. Se resistió este, dejando a Sánchez entre la espada y la pared. Sánchez rehuyó la pared tomó la espada y cortó sumaria y estatutariamente la cabeza a Gómez. Al socorro de su descabezado jefe acudieron prestos sus vasallos brindándoles solícitos sus cabezas para que mantuviese una posición sino de fuerza sí al menos de dignidad.
Las citas electorales son un ejercicio democrático entre el pueblo y una gresca tarbernaría entre los miembros de los partidos. Que les lleva a una guerra sin cuartel, en la que se pelean listas contras listas, federaciones contra federaciones, urbanitas contra boinas, primarias contra secundarias, barones contra varones, mordidas contra comisiones, hombres contra mujeres. Y ahora, Madrid contra Madrid.
 ¡Habrase visto!, Madrid queriendo gobernar a Madrid, lo lógico es que esa insoportable injerencia la ejerciese sobre los periféricos. Pero no, ahora le toca al Madrid centralista de los Sánchez atacar a los céntricos Gómez. Inaudito.
Entorno a esta batalla por la silla de Sánchez toman posiciones los García, López, Díaz…, y también los Odones y Chacones, olvidando indolentes que entre el PP y el poder ya no están ellos sino Podemos.

LA HERÁLDICA DEL PODER

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