Herencia

apelar a la herencia recibida para quejarse de lo hecho por el anterior Gobierno es un clásico en la política española. Hay que decir que unas veces unas veces con más razón que otras. Es una obviedad que al Gobierno de Rajoy, Rodríguez Zapatero le dejó casi 4 puntos más de déficit público del confesado. Una cantidad equivalente a más de 40.000 millones de euros.
Ahora, el Gobierno de Sánchez, a las cinco semanas de gobierno ya está apelando a la herencia para asegurar que las previsiones de déficit que dejó Cristóbal Montoro no eran reales y ya ha pedido a la Comisión Europea subir el umbral cinco décimas, es decir, más de 5.000 millones de euros.
Ha dicho la ministra Calviño que para cumplir con el objetivo previsto del 2,2 por ciento habría que realizar ajuste de gasto y que no están por la labor. Parece que han decidido que es mejor subir impuestos y gastar como si no hubiera mañana.
Algo, por cierto, muy propio de los gobiernos socialistas. Más este que cuenta con 84 escaños en el Congreso y necesita aumentar su base de votantes robándoselos a Podemos.
No tengo yo muy claro, sin embargo, que a los hipotéticos votantes del PSOE les vaya a gustar la que han liado con el diésel, con la repercusión que va a tener en sus relaciones con los bancos los nuevos impuestos o el daño que puede hacer el empleo cargar con más costes a las empresas poniendo en riesgo puestos de trabajo y subida de salarios.
Habrá que ver en qué quedan estos anuncios diarios a los que nos está acostumbrando este gobierno. Pero ahí están y los efectos si se llevan a cabo no tardarán mucho en aflorar.
Otro lamento de estos días, en este caso de la ministra de Trabajo, ha sido el del agujero de las cuentas de la Seguridad Social. Lejos de asumir que los 3,5 millones de parados que dejó ZP, vaciaron las arcas, mientras las pensiones y los pensionistas seguían creciendo. Veremos cuál es la solución, porque ahora tienen el compromiso de subirlas con el IPC y el gasto va a ser exponencial.

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