Algunos 11 de septiembre

Por diversas circunstancias el 11 de septiembre se ha convertido en una fecha histórica y a buen seguro que los aficionados a la numerología podrán analizar. Como soy muy incrédula en todo lo que no se base en hechos científicos o empíricos, de poco me serviría, pero es cierto que hechos ligados al día y al azar están ahí.
El 11 de septiembre del año 1973 fue el asalto al palacio de la Moneda en Chile, con la muerte del presidente Salvador Allende, quien hablaba de abrir las grandes alamedas por donde camine el hombre libre. Fue el final de la libertad y el inicio de una larga y oscura noche. Curiosamente solo doce días separaron la muerte del político de la del gran poeta Pablo Neruda, premio Nobel de Literatura, de quien no hace falta valorar su prosa, ni sus versos, a todas luces infinitos. Pero sí recordar unas frases de su discurso cuando en 1971 recibía el premio. “Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres”. No pudo ser.
Otro 11 de septiembre que no se olvidará, es el del año 2001. En torno a las tres de la tarde, cuando millones de personas estaban atentos a las noticias de los telediarios. Dos aviones atraviesan materialmente las Torres Gemelas. Cunde el pánico mundial, los interrogantes y el inmenso dolor por el tremendo atentado que causó miles de muertos. Como anécdota personal minutos más tarde se iniciaba la sesión en el Congreso, y la que escribe estas líneas, entonces diputada, con las imágenes en la retina, defendía en la tribuna del hemiciclo la ley que declaraba parque nacional las Islas Cíes, hoy parque Atlántico. Momentos para el recuerdo. Claro que hace tres días, otro 11 de septiembre caían chuzos de agua sobre el mismo hemiciclo que a buen seguro tampoco olvidarán.
El último 11 de septiembre fue la Diada catalana, esta vez una cadena humana que siempre debe servir para abrir murallas y tender manos. Pero eso sí, presidente Mas, desde el respeto a las identidades y los sentimientos, no manosee las palabras de Luther King, aquel “yo tengo un sueño” fue el grito desgarrador para alcanzar el sueño de libertad para la esclavitud. Que no se nos vaya la cabeza.