EL MINIFUNDIO VITAL

Si hubiera que redefinir la política actual se podría hacer diciendo que es el arte de la indefinición, del depende, del sí, pero no. Sus señorías se pasan el día comentando la actualidad sin que nadie de quien los escucha sea capaz de sacar partido de sus discursos.
Hace ya algún tiempo, a raíz de la crisis que sacude también a los ayuntamientos, discípulos de todos los colores del arco parlamentario se aprestaron a asegurar que es preciso buscar la mancomunidad de servicios, cuando no, directamente, la fusión de entes locales. Llegados a este punto, solo dos concellos, Oza dos Ríos y Cesuras, se atrevieron a dar el paso de formalizar su unión, apoyándose en la mayoría absoluta que el PP tenía en ambos municipios.
A estas alturas, la alianza, recurrida en cuanta instancia judicial, existe sobre el papel y poco más. Hasta la Xunta, muñidora del pacto, parece haberse olvidado de las promesas de millonarias ayudas o, cada vez que se publica una estadística oficial, como, por ejemplo, la del paro, en las tablas los dos ayuntamientos figuran como independientes, a pesar de que ya hay un alcalde que gobierna tres días a la semana en cada casa consistorial.
Ahora, quien se ha atrevido a sacudir este avispero tan peligroso es la secretaria general de los socialistas coruñeses, Mar Barcón, para quien el futuro de la comarca coruñesa pasa por la fusión de A Coruña y Arteixo. Y, de repente, hasta los dirigentes del PP se hacen cruces ante tal posibilidad. Curiosa respuesta si se tiene en cuenta que los primeros en filtrar documentos analizando esa posibilidad fueron los propios populares y hasta el presidente de la Diputación coruñesa, Diego Calvo, se mostró “ambiguo-positivo” cuando fue preguntado, tiempo ha, por esta opción.
Tampoco deja de pasmar que los primeros en alzar la voz fueran los socialistas arteixanos, sorprendidos ante la iniciativa de la que pasa por ser compañera de siglas. Pero, lo realmente triste es que, más allá de quien parta la iniciativa, es que ni tan siquiera se han molestado en tomar un minuto para reflexionar sobre ella antes de arremeter contra la promotora.
Los gallegos llevamos el minifundio inoculado en nuestros genes. Que te toquen el terruño es el mayor delito que se puede cometer, por mucho que una alianza estratégica entre dos municipios como Arteixo y A Coruña sea, sobre todo, beneficiosa para los ciudadanos. Está claro que o se actúa por decreto ley o seguiremos siendo muchos, pequeños y escangallados.

EL MINIFUNDIO VITAL

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