La cuenta atrás para las elecciones municipales del próximo veinticuatro de mayo continua imparable. A pocos días de que empiece oficialmente la campaña electoral, los diferentes partidos se preparan y presentan para poder iniciar la carrera de la mejor manera posible. En estos días que faltan hasta que los escrutinios sean una realidad, nos veremos bombardeados con múltiples encuestas que buscarán tomarle el pulso a la democracia de la forma más fiable posible.
Aunque luego, al final, siempre hay un margen para la sorpresa e incluso no pocos son los que cruzan los dedos esperando unos malos resultados en estos sondeos esperando el efecto llamada de sus afines. Ya saben que a veces verse como ganador seguro no sirve más que para que el votante acabe siendo vencido por la pereza y decida pasarse el domingo en el sofá o en la playa, según como vaya la meteorología. Así que las fuerzas políticas se esmeran en mostrarse con su cara más amable. Haciendo balance de su trabajo aquellos que han gobernado y prometiendo traer el cambio aquellos que han estado en la oposición. Es tiempo de programas, consignas, abrazos y sonrisas.
Serán estas además unas elecciones municipales especiales. Y digo lo de especiales, porque nunca antes tantas fuerzas políticas se habían juntado para repartirse los concejales en juego. A los tradicionales partidos les ha salido competencia, tanta que a veces el ciudadano de a pie incluso llega a perderse un poco entre tanto nombre que se parece mucho, pero que no significa siempre lo mismo. Por ejemplo, en Cabanas, además del PP, del PSOE y del BNG se presentan a estos comicios Somos Cabanas y Gañemos Cabanas, junto con la Agrupación de Electores de Cabanas.
El líder popular, Germán Castrillón, afronta el reto de unas nuevas municipales con una lista renovada, pero manteniendo la esencia del grupo que le ha venido acompañando desde sus inicios en la política hace ocho años. No ha sido una legislatura fácil, sobre todo en los últimos meses con el quebradero de cabeza heredado del PSOE de Penso. Pero ni así Castrillón ha tirado la toalla y ante las adversidades presenta un equipo renovado y con ilusión. Veinte personas en total para cubrir con creces los puestos exigidos. Una demostración de poderío cuando otras formaciones apenas han tenido para cubrir la papeleta.