EL MUNDO AL REVÉS

Y¿cómo se lo cuento, amigo lector? Como hacía el otro, con parábolas. Un señor tenía una gran finca y varios hijos trabajando cada uno en una de las “leiras” de aquella inmensa propiedad. Un día, uno de llos, al sentirse peor tratado, pues a sus hermanos les mimaban más, dijo que se iba.
El patriarca le dijo que fuera hacía frío. Que lo desheredaba. Y que si se marchaba de la finca tenía que irse del pueblo. El chaval dijo que bueno, que se quería ir. Y entonces su papá le amenazó con la policía, camión-botijo incluido. De momento están en esas.
Y ahora, de la parábola a una novela de policías y ladrones. Exactamente con cuatro  historias que, algún día, se convertirán en película.
 Blesa, el chico de los correos, va a la cárcel un poquito, paga para salir, y el malo es el juez.
Ignacio, el hombre que compra las cosas –y casas– en extraños lugares, como paraísos fiscales, tiene mucho que explicar. Pues bien: los malos son los policías de la Unidad de Delitos Fiscales. Está señalado por hacer cosas raras y los malos… son los policías de la Unidad de Delitos Fiscales.
Cada día aparecen más agujeros en la contabilidad (A, B, C y así hasta nadie sabe dónde) y la culpa es de Bárcenas y de los comunistas. Se cargan los ordenadores, desaparecen las facturas del Sergas en una inundación y se debe a una maldición divina.
En el país de la lluvia encajan dos cajas y a poco del bautizo empieza a crecer la criatura. Entonces, cuando le salen los primeros dientes, venden al recién y nos cuesta casi nueve mil millones el entierro. Alguien recordó que el “padrino” del hoy cadáver, consiguió en cinco años enterrar lo que costó un siglo (aquí teníamos al Pastor, Banco Gallego, etc.) y no se encuentra a ningún culpable lo que parece un chiste malo.
Y ahora un cuento: Europa aprueba, después de hacer trampa el presidente de la comisión y también destacado miembro del Partido Popular Europeo, que de una puñetera vez se recuperen los bancos marisqueros de la ría de O Burgo.
Rematamos con un drama: hacen falta catorce mil toneladas de alimento para dar de comer a los que no tienen y hay 340.000 hogares que no pueden pagar la luz.
 ¿De qué brotes verdes habla Rajoy?
¡Eso sí que es un cuento!

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