Sánchez, A Coruña no olvida

Con la caja de Pandora electoral ya destapada, conviene tener muy presente de donde venimos para no equivocarnos en el momento clave de decidir adónde vamos. No olvidemos por qué estamos en plena campaña y a 15 días de hablar en las urnas. Todo comenzó con un “gobierno patchwork”, hecho con todos los retales que Pedro Sánchez pudo reunir, cuyo único fin era abrigarse plácidamente en La Moncloa. Llegó la hora de los Presupuestos y la calle se pronunció. El presidente, derrotado y desarmado, tomó el único camino que le quedaba: convocar elecciones.

Es fundamental no perder esta perspectiva. Estamos llamados a las urnas porque Sánchez ha fracasado. Los coruñeses, como el resto de gallegos salvamos un “match ball”. De haberse aprobado aquel infame proyecto de Presupuestos, hoy estaríamos hablando desde una ciudad condenada a la frustración. No anduvimos lejos: de todos los diputados que representaban a nuestra provincia en el Congreso, sólo los cuatro del Partido Popular votaron en contra. Hasta los dos embajadores de Xulio Ferreiro en el hemiciclo claudicaron. Cierto es que a día de hoy cuesta ubicar al todavía alcalde. Él mismo admite que vive desubicado.

Aquel era –por Dios, no lo olvidemos– el Presupuesto de la bofetada de Pedro Sánchez a los coruñeses. Ni el vial 18, ni la ampliación de Alfonso Molina, ni el Puente del Pasaje, ni la Cuarta Ronda, ni el tren a Punta Langosteira, ni la ampliación de Alvedro, ni la Intermodal, ni el impulso necesario para la llegada del AVE, ni mejora del tren a Ferrol, ni una hoja de ruta definida para la ría, ni –por supuesto– un euro para condonar la deuda del Puerto Exterior. ¿Realmente los socialistas creen que los coruñeses olvidaremos con facilidad el gol por la escuadra que nos colaron con la deuda eximida a Valencia? 

Para Pedro Sánchez todo vale: las fábulas de Tezanos y su realidad inducida; la tibieza aterciopelada con los independentistas catalanes; el despilfarro al por mayor de los viernes sociales, que dejan la caja temblando… ¡Pero si hasta ha resucitado el dragón ya muerto y enterrado del filoterrorismo de ETA y los batasunos! En esa tormenta perfecta, tampoco ha tenido reparos en meter en la batidora a cualquier opción que no sea la suya y triturar a la máxima potencia.

A Coruña y Galicia no olvidan. Nuestro futuro depende de la capacidad que tengamos de construir, desde las urnas, opciones basadas en la moderación, la sensatez, el equilibrio y la solidez de los principios, virtudes todas ellas a las que Pedro Sánchez renunció sin pudor a cambio de un colchón nuevo en la alcoba presidencial.

En nuestra ciudad ya tenemos la penosa experiencia de cuatro años sometidos a experimentos fracasados. Sabemos lo que es bueno para A Coruña y lo que no, porque llevamos mucho tiempo disfrutándolo en Galicia y construyéndolo para España. Eso sólo lo puede ofrecer el Partido Popular. Y pudiendo escoger el producto original ¿a quién le interesa comprar imitaciones?

Sánchez, A Coruña no olvida

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