La soledad de Caballero

EL todopoderoso Caballero, don Abel, tiene mayoría absoluta, absolutísima, pero hace un par de días experimento lo que es la soledad. No la soledad absoluta, ya que sus concejales lo arropan durante las 24 horas –y más que tuviera el día, pero sí la que depara un salón de sesiones medio vacío. El alcalde vigués olvidó que a los plenos no se va con armas y apareció con el Magnum 45 con el que impone la ley a este lado del río Lagares –“Voy a acabar con la inseguridad en las ferias. Los delincuentes no van a tener respiro”– colgado del cinto e impidió que se debatiese una moción del PP, con lo que los peperos y los mareantes abandonaron la sesión. Pero no son los únicos que lo abandonaron, el Celta de Vigo también dio otro paso para transformarse en el Cerca de Vigo e inició en Mos los estudios preliminares para construir un estadio y distanciarse de Balaídos. Como se marche, habrá que reducir el aforo del campo porque el Coruxo y el Rápido de Bouzas no lo llenan ni en el derbi local.

La soledad de Caballero

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