ENTRE FLORES Y CARDOS

Flores es ese concejal pepero que a ejerce de portavoz del gobierno municipal de La Coruña y que acaba de cubrirse de gloria al asegurar que en 2014 el Ayuntamiento invertirá en servicios sociales tres veces más que en ocio y cultura al contar con el presupuesto social más alto de toda Galicia.
Si esto es así, vayámonos alegrando por anticipado, toda vez que Flores y su mariachi podrán detectar en nuestra ciudad cómo hay menos hambre, cómo hay menos vagabundos, menos gente que duerme en los cajeros, cómo aumentan –hasta casi cubrir las necesidades– las becas comedor para la chiquillería, como se infla –¡ya era hora!– el talón restaurante para mayores, cómo casi se cubren las emergencias sociales, cómo se atiende más y mejor a la cada día más nutrida legión de pobres vergonzantes, cómo los asistentes sociales municipales pueden decir “sí” a las muchas pretensiones que a diario les llegan, cómo se erradica la abundante miseria en La Coruña o cómo el Ayuntamiento acabará por comprender que casi nadie solicita limosna por deporte.
Entonces, sí, entonces será el momento de casi elevar a los altares al concejal Flores. Y seremos los primeros en aplaudirle, porque habremos despertado todos de las enfervorizadas “Laponias”, dejaremos de haber montado en trineos folklóricos arrastrados por renos virtuales, se acabarán las sonrisas dentífricas y gubernamentales de cara a la galería y recibiremos con tranquilidad de corazón esas otras sonrisas, más reales, que emanan de rostros agradecidos y de conmovidos corazones que laten con cariño por que el gobierno municipal ha atendido –y esta vez, de verdad– sus múltiples peticiones de ayuda, de socorro, de morada, de hambre atendida, de duerme vela en cajones y cartones que Flores y su lucido equipo habrán sabido desterrar de una Coruña que –¡oh, esperanza!– habrá empezado a vivir mejor en 2014, con menos multas, menos impuestos, más ilusión. Sí, verdaderamente, Flores será el rey mago esperado.

ENTRE FLORES Y CARDOS

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