Con el alma en vilo

esto del cambio de Gobierno tiene consecuencias, más allá de lo que inicialmente se podría imaginar. Uno piensa que cuando llega un nuevo inquilino a La Moncloa, con él se van sucediendo una serie de relevos en cascada que afectan a todos y cada uno de los estamentos de la administración del Estado. Sin embargo, ahora son los funcionarios los que tienen el alma en vilo a cuenta de que dependen de la aprobación definitiva de los presupuestos para cobrar la más que merecida subida salarial que les habían prometido. El propio Sánchez ya dijo que desde el primer momento trabajaría para subir las pensiones y el sueldo de policías y guardias civiles, pero del resto de funcionarios se olvidó. Es de suponer que se cumpla la palabra dada al PNV y que los socialistas no toquen ni una coma de las cuentas que diseñó el PP y los vascos apoyaron, así que, si todo sigue los cauces normales, en pocos días se confirmarán esas subidas de salario tan esperadas por todos los trabajadores públicos.

Con el alma en vilo

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