Una negociación que no fue muy laboriosa

LOS vascos tienen fama de laboriosos. Andoni Ortuzar por su nombre podría haber sido delantero centro del Athletic o levantador de piedras en Rentería, pero es el presidente del PNV. ¿Es o no laborioso? Imposible saberlo, porque entender a un nacionalista vasco es complicado. Un día te dice una cosa, sobre todo si por medio hay 500 millones, y al siguiente la contraria, sobre todo si hay 500 millones y un poco más. Así ocurrió cuando se planteó la moción de censura contra Rajoy. El PNV estaba un día con el entonces presidente y al día siguiente, gracias a ese “y un poco más”, se pasó al otro bando. La jugada se ha repetido ahora. Estaba el Gobierno muy exigido con la convalidación de los decretos-leyes aprobados en los Consejos de Ministros y Ministras sociales, así que el PNV aprovechó para chalanear. Ortuzar utilizó a un propio, el portavoz parlamentario del partido, Aitor Esteban, para presionar y a cambio del “sí” logró todo lo que quería, un buen paquete de competencias, entre las que se incluye el traspaso de la AP-68. Casualmente la Xunta lleva meses reclamando la AP-9 y el Gobierno se niega a transferírsela. ¿Es Ortuzar laborioso o no? Más bien casi hay que pensar que es un aprovechado. FOTO: aitor esteban, de chalaneo con la ministra de hacienda | efe

Una negociación que no fue muy laboriosa

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