EL GALLEGO RAJOY

Todavía es presidente del Gobierno de España un gallego –Marianico el Corto– que le pega unos zocazos al diccionario de la Lengua, que lo deja temblando. Me consta que expertos del idioma han quedado con la mente a cuadros cuando escucharon a Rajoy decir por ejemplo: “Me parece “disparatao” (por disparatado) o “ya he “dao” la orden” (Por ya he dado). Lo malo de todo esto es que trasciende al extranjero y hay choteo general por la forma impropia de hablar del primero de los españoles. Bueno, del segundo porque el primero es el Rey, que tampoco se caracteriza por su limpieza de léxico.
Pero todo esto que podría ser “pecados menores” se suma al descontento que con Rajoy tiene el propio PP de Galicia cuyos componentes están que no les llega la camisa al cuerpo ante el rosario de elecciones que se avecinan. Así,  hay cabreo general ante la inopia rajoniana con relación a nuestro depauperado sector naval o por el incumplimiento absoluto de la promesa, que ya cría moho, de la construcción de un dique en Ferrol. También le echan en cara a Rajoy que no mueva un dedo en el panorama crítico del sector financiero gallego, cuando no la falta de ayudas en la pérdida de empresas que eran emblemáticas en Galicia.
En todo esto está muy activa la Oposición en el Parlamento Gallego y los peperos no saben cómo atajar las múltiples y fundadas acusaciones que les llueven desde los banquillos opositores. Ahora el Ministerio de Hacienda quiere supervisar las pensiones de los jubilados que sudaron en la emigración. Y esto es un tremendo palo del ministro Montoro que o lo ataja Rajoy o el conservador pueblo gallego se lo hará pagar en las urnas. Rajoy cree que Galicia es feudo conquistado y sólo aparece por aquí para chupar vacaciones y comer a lo grande.
No le preocupamos ni un ápice, pero sí se vuelca en Cataluña. Tampoco viene nunca por estos pagos la señora Sáenz de Santamaría. ¿Sabrá, por ventura, dónde está Galicia? ¿Y la Cospedal? Ni está, ni se le espera. Sólo Ana Pastor da ciertas señales de vida.
Mientras, Feijóo de garbeo por la Cuba de los Castro. Díganme: ¿a que coño fue?.

EL GALLEGO RAJOY

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