La categoría y la anécdota

Estos asamblearios populistas confunden lamentablemente democracia y comunismo, pleamar con bajamar y han dado en el fiasco de sustituir la categoría por la anécdota. Haber nacido en barrio coruñés, por noble que sea, no puede confundirse con la civilización griega o, peor, con la Venezuela de Maduro, que habla con su pajarito. Cierto que tira al suelo creer haber nacido para ganar carreras automovilísticas y encontrarse conduciendo un carro de bueyes, ilusionarse pilotando embarcaciones fuera borda muy potentes y toparse con rocas, arrecifes y bajos asesinos que impidan una plácida navegación.
Cuerpos y almas. Que odian en demasía creencias ajenas por sus complejos de culpa. Un diálogo evanescente entre lo irrealizable y lo real. Donde la naturaleza que encarna La Coruña abre caminos de perfección. Un revuelo de sacamantecas, meigas, peregrinos levitando en la procesión de la Santa Compaña. O quizás –más irónicamente trágico todavía– incurriendo en la “burrocracia” de que basta firmar una resolución o publicar un acuerdo para que las musas se conviertan en teatro ejecutivo.
Ejemplos a toneladas, a su misma nominación. Pretender adquirir La Solana y el Finisterre sin pedirlo oficialmente y por escrito o aceptar subastas intentando que 1,4 millones de euros equivalgan a los diez de la actual concesionaria, Río Mero, y que servirían para financiar obras del Puerto Exterior. Y la Xunta aprueba y apuesta por el futuro donde debe construirse la estación intermodal, habilitar el mercado de Santa Lucía y el centro de salud reclamado por los vecinos. Incapacidad total para gobernar, no ya solo por sectarismo  sino por no saber manejar los cauces políticos y solicitar las subvenciones europeas. Anemia del aeropuerto de Alvedro por amiguismo... La cuenta de errores y caídas es variada. Cataratas de víboras que engendran querencias y desprecios y desembocan en cerebros planos...

La categoría y la anécdota

Te puede interesar