El problema de Pablo Casado

Los sondeos de opinión no reemplazan a los datos de la jornada electoral, pero avisan. Son como el canario y el grisú. En los últimos conocidos el PP no remonta y ese gap acontece pese a la pésima gestión gubernamental de la pandemia. Para más inri, el PSOE se mantiene por delante en todas las encuestas, no sólo en las que cocina Tezanos en el CIS.

Son varios los factores que podrían explicar el atasco del primer partido de la oposición. El primero, sin duda, tiene que ver con la presencia de Vox, un competidor directo que pesca en el caladero en el que tradicionalmente sólo estaban los populares. Un segundo factor tiene que ver con el actual liderazgo del PP. Pablo Casado es un joven político valioso que quizá se precipitó al salir al ruedo. Quienes le han precedido en esa carrera teniendo edades parecidas a la suya –Felipe González tenía 34 años cuando fue elegido secretario general del PSOE y José María Aznar 36 cuando llegó a la presidencia del PP– también tuvieron que pechar con la travesía del desierto. El PSOE con Felipe de candidato a la Presidencia del Gobierno perdió dos elecciones que ganó Adolfo Suárez y cuando Aznar encabezó la lista del PP también perdió en dos ocasiones contra Felipe. Los dos tuvieron una segunda oportunidad y la aprovecharon.

Es lógico que Casado y su núcleo más cercano, gente joven, piensen que también ellos se merecen una segunda oportunidad. Lo malo es que dada la deriva sectaria que siguen Pedro Sánchez y sus socios de Podemos, son los españoles que tradicionalmente votan conservador quienes no se lo pueden permitir. La estrategia de Vox es demoledora para el PP. Presentan una moción de censura a sabiendas de que no puede prosperar y que a la postre favorece a Pedro Sánchez cuyas potentes terminales mediáticas presentaran la derrota como un triunfo, como si hubiera ganado una cuestión de confianza. Y pone en evidencia al PP al que obligará a abstenerse con el evidente desgaste ante un electorado cabreado con el actual Gobierno.

Casado no lo tiene fácil y sus cálculos acerca del descontento por la pésima gestión de la pandemia, unido al que provocará la crisis social que anuncia la mala situación económica, se han revelado erróneos. Mientras las derechas sigan desunidas las encuestas seguirán señalando lo que señalan y Pablo Casado no conseguirá sacar al PP del atasco en el que se encuentra. Está claro que tiene un problema.

El problema de Pablo Casado

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