Atiendan a los ciudadanos

Ya nos dice uno de los voceros de Vox que Galicia es de derechas y ellos están a ello, oye. El asunto molar es si están hasta ese extremo. Desde la capital del reino nos cuentan que los barones se desmarcan de Pedro Sánchez, que es su jefe, por no acercare a una de las tres derechas: el Ciudadanos de Albert Rivera. Piden una convocatoria del Consejo Territorial y se enzarzan en polémicas que luego destejen al día siguiente. La penúltima con la caza y los toros acusando a sus defensores de “casposos”. 

Ciudadanos está preocupado por lo que sucede “a sus esquinas” y ralentiza los pactos con el PP en Andalucía para restar influencia a Vox, y rechaza un pacto global con el PP, pues sus colegas extranjeros miran con desconfianza cualquier alianza que tenga a Vox como como compañero de viaje o coprotagonista. 

Mientras la derecha de toda la vida que parece beber en las fuentes de aquellos siete magníficos, azuzada por Aznar, brama por la reconquista de la España nacional con sus romerías y procesiones; toros y mendigos. Y defenderán la caza (¡socorro!) y, si hace falta, la inquisición.

 Un veterano periodista, curtido en “Pueblo”, nos cuenta en “El Mundo” que gentes en el PP se temen que si no hay catarsis dentro se la harán en las urnas, mientras la versión oficial es que las encuestas iluminan la gran mayoría de derechas jamás vista en los siglos…

Y todo eso mirándose en el espejo de Europa, donde la ultraderecha va ganando terreno y aquí, Pirineos abajo, cerca de África, el tsunami que recorrió Andalucía.  Y a todo esto el “procés” encanalla más aún el ambiente y no se encuentran voces que sosieguen el panorama.

Con este panorama la noticia de que las carreteras gallegas tienen más de trescientos kilómetros de alto riego o que el juez instructor de la Audiencia Nacional José Mata impute a Camps por prevaricación –por su presunta participación en adjudicaciones de contratos públicos a una empresa de la trama de corrupción de la “Gürtel”– y que el Supremo rechace por ahora paralizar la exhumación del dictador quedan relegadas ante tanto barullo.

Ahora, más que nunca, es necesaria una reflexión –tanto desde la derecha como en la izquierda–para enderezar el rumbo. Bueno sería que nuestros representantes rescatasen no solo lo que llaman el espíritu de la Constitución sino los párrafos que la Carta Magna dedica a los ciudadanos, a las personas.

Atiendan a los ciudadanos

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