ACERCA DE LAS PASIONES

Van pasando los días y las opiniones que se generan en torno al fallecimiento de Javier Romero, “Jimmy”, siguen fluyendo. En este tiempo se han dado a conocer detalles que luego se desmentían. Informaciones ciertas que pronto eran falsas. Y en el medio opiniones. Opiniones para todos los gustos. Desde los que criminalizaban al fallecido a los que han salido en su defensa, recordando que los asesinos estaban en el otro bando. Se han buscado razones ideológicas y se ha señalado el incidente como una muestra de la decadencia de nuestra sociedad. Por supuesto también ha habido quien ha querido señalar que esto es solo una cuestión puntual de grupos minoritarios.
Lo único cierto al final es que “Jimmy” ha fallecido y poco importa si fue víctima de una encerrona o si de verdad había acudido a una cita para molerse a palos. Cualquiera de las dos posibilidades me pone los pelos como escarpias. Hemos llegado a un punto en el que la violencia en la supuesta defensa de unos colores se ha escapado a todo control. Toda la geografía española está salpicada por grupos de estos ultras que muchas veces han sido incluso alentados por las propias directivas de los clubes y sobre los que se ha hecho la vista gorda en un mal entendido sentimiento de defensa de los propios.
En la película argentina “El secreto de sus ojos” el personaje de Espósito decía: “El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión”.
Atravesamos una época en la que el desengaño que pasemos de vestirnos con banderas para arroparnos con bufandas. En un mundo de desengaños nos aferramos a un sentimiento, a una pasión y lo hacemos porque es un amor que no exige justificaciones ni explicaciones. Un sentimiento con el que se nace, dicen. Pero no podemos seguir mirando hacia otro lado. Es muy triste que en este país nadie se plantee cambiar las cosas hasta que hay muertos de por medio.
Espero y deseo que al final la muerte de este aficionado sirva como punto de inflexión para tomarse en serio de verdad la violencia en el fútbol. La violencia racista, machista, homófoba, verbal y física, que campa por nuestros campos con la excusa del todo vale tiene que acabar. Es hora de recuperar el fútbol para los no violentos.

ACERCA DE LAS PASIONES

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