BÁRCENAS Y OTROS “MUCHACHOS”

Hay dos cacos Bonifacio. Uno está en La Coruña y ya nos ocuparemos de él en tiempo y forma. El otro sigue siendo Bárcenas del que ahora nos enteramos de “buenas nuevas”. Resulta que financieros vinculados con militares de la dictadura argentina y narcotraficantes le ayudan a ocultar los millones que la Audiencia Nacional busca y no encuentra.
También nos enteramos de que cuando el caco Bárcenas fue descubierto por la Justicia española, en 2009, el ex tesorero del PP tenía más de 17 millones de euros en cuentas suizas. Cuatro años después, cuando el dinero fue bloqueado, allí quedaban sólo nueve millones y medio. En ese tiempo, Bárcenas se sirvió de una red de financieros acusados de mover fondos del narcotráfico y empresarios vinculados con la dictadura militar argentina para ocultar parte de su fortuna.
Y la guinda para el postre: Una de las firmas que ayuda al ex tesorero financió el avión cargado de cocaína interceptado en el año 2011 en Barcelona. Todo, muy hermoso, ¿no les parece? Como hermosas aparecen las páginas de los periódicos gallegos, un día sí y otro también.
Y un servidor de ustedes se queda pasmado cuando lee que Aduanas intentó imputar a Negreira pero la jueza no lo aceptó. ¿Razón de la imputación?, que los investigadores le atribuyeron haber colocado a través  de dos subordinados a un hombre en Sermasa y a una chica en turismo. Personalmente, no creo que Negreira haya sido tan inocentón como para mancharse en minucias sigue investigando siete casos de corrupción que afectan al Aeropuerto, el Acuario o el Ágora. Por otra parte, un documento refleja supuestos desvíos de fondos del IMCE por parte de VENDEX. Vean si esto no es Jauja: La jueza mandó investigar si en La Coruña se eliminaron archivos. De Lara abre nueva pieza a Paula Prado y plantea si la Fiscalía investigó a Bugallo. Con todo lo reseñado, ¿alguien cree que somos, como dice el PP, la Alemania del Sur?
En todo caso, seríamos aquella Alemania del tiempo de los bárbaros. Y, asqueado de todo esto, se me ocurre gritar: ¡¡Que me paren el mundo que me quiero bajar!!

BÁRCENAS Y OTROS “MUCHACHOS”

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