CAMPANA Y SE ACABÓ

La frase era remate del concurso de la calabaza y es de aplicación al caso. Cuando vi a Rato tañer la de Bankia, me pareció que sonaba tan dulzona como la del anuncio de chocolate Elgorriaga, y no iba descaminado.
No por el sabor, ni olor, sino porque –ahora se sabe– Rato le había atizado una endulzada a las cuentas de Bankia de tres pares de huevos. Bueno, en realidad. no tanto, apenas cuatro mil millones de nada. La cosa vino bien, porque, así, De Guindos no se enteró de la jugada y el rescate de Bankia nos costó cuatro mil millones menos.
Claro que, a los de las preferentes, accionistas, e inversionistas, los jodió bien. Rato pagó parte de lo que chupó con las tarjetas pirata. Ahora, a saber quién pagará esos cuatro mil millones que faltan, aunque sea casi lo que cobrarán al mes los parados sin prestaciones. ¡Quieto, neno!, me dice la musa, lo que cobrarán los parados serán 400 euros al mes.

CAMPANA Y SE ACABÓ

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