Lo que estamos viendo

o, lo que está pasando en Cataluña no es que “grupos aislados” actúan violentamente. Lo que estamos viendo en directo a través de las televisiones es que esa “violencia” esta más que organizada, responde a una estrategia y no son grupúsculos los que la llevan a cabo por más que nos empeñemos en decir lo contrario. .
¿Quién está detrás del llamado “Tsunami Democrátic? Por ahora no lo sabemos, aunque hemos visto a Joseph Guardiola, prestando su imagen y su voz a esta organización. Pero al margen de Guardiola, es más que evidente que “Tsunami Democrátic” no es una organización que ha brotado espontáneamente de la nada. Y lo que estamos viendo es que su manera de actuar no es precisamente la de Ghandi.
También estamos comprobando la cobardía de los líderes independentistas que azuzan a la gente a salir a la calle y protestar pero ellos se guardan de actuar o decir una palabra de más por si acaso incurren en algún tipo de delito dadas las advertencias del Tribunal Constitucional.
Estamos viendo algo que resulta insólito y es al Presidente de la Generalitat que es el principal representante del Estado en Cataluña, encabezar las manifestaciones contra la sentencia del Tribunal Supremo.
Sí, estamos viendo como Torra y los suyos se han instalado en la esquizofrenia de por un lado azuzar a la gente a que salga a la calle y por otro mandar a los Mossos a reprimir a esa misma gente.
Y lo que venimos viendo es la tardanza del Presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en tomar la decisión de garantizar la normalidad en Cataluña. No digo que deba actuar precipitadamente ni que no lo deba de hacer con moderación, pero sí al menos tranquilizar a los ciudadanos mostrando que el Gobierno hace algo más allá de comunicados y declaraciones solemnes.
No es de recibo que el Gobierno permaneciera en silencio ante los sucesos acaecidos en el aeropuerto del Prat. Y tampoco lo son las declaraciones del ministro Ábalos reprochando sibilinamente al PP de ser casi responsable de la situación que se vive en Cataluña porque cuando allí se proclama la fallida República en España gobernaba Mariano Rajoy. ¡Hombre ministro! Quienes decidieron saltarse la ley fueron los dirigentes del Junst per Catalunya y los de Ezquerra, junto a la CUP y demás compañeros de viaje.
Mariano Rajoy, gestionaría mejor o peor esa situación pero no se le puede achacar ser el responsable de que unos señores, tal y como ha acreditado el Tribunal Supremo, incurrieran en delito de sedición y de malversación de dinero público. De la misma manera que no es culpa de Pedro Sánchez la violencia que se ha desatado en los últimos días en Cataluña. Responsables son los que la ejercen, los que la animan, los que la amparan. A cada cual lo suyo.
En mi opinión Pablo Casado tiene la oportunidad de demostrar si tiene o no madera de político con más miras que la de las próximas elecciones. Lo que se espera del líder de la oposición es que de su apoyo al Gobierno en una situación tan endiabladamente delicada como ésta. Desde luego también hay que exigir al Gobierno que más allá de comunicados o declaraciones de sus ministros, haga algo, y no se instale en la inacción por temor a “meter la pata”.
Y lo peor de todo es que los líderes independentistas en vez de recoger el guante que les lanzó Pedro Sánchez de iniciar un tiempo nuevo de diálogo, prefieren agitar los ánimos de sus seguidores con el resultado que estamos viendo.
De la misma manera que estamos viendo una vez más el tremendo abismo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la hora de analizar y por tanto intentar dar respuesta al problema de Cataluña.
Sí, lo que estamos viendo nadie podrá decirnos que no lo estamos viendo.

Lo que estamos viendo

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