Ahora que cobra actualidad la cercanía de las elecciones municipales, procede pasar a comentar la entrevista que la periodista María Elviña hizo en nuestro periódico a Carlos Marcos, presidente de Unión Coruñesa. Entre otros asertos, el político lanza una especie de “aviso a navegantes” cuando fustiga con valentía: “No me resigno a que la ciudad –La Coruña– sea sólo el dormitorio de jubilados y parados, con más de 25.000 viviendas vacías”. Pues resígnese, señor Marcos, al menos si sigue campando por sus respetos el actual Gobierno municipal. También Marcos pone el dedo en la llaga cuando grita: “Un político imputado no debería ejercer en ninguna área de gobierno”. Y la periodista titula con ella la entrevista, cuya consecuencia ha sido un general impacto en los mentideros coruñeses, que comprendieron a qué individuo se hacía alusión.
Pero cuando el choteo de los lectores fue general y preñado de ironía fue cuando Marcos afirmó: “Negreira vive sólo pendiente de las fotos y los titulares de prensa”. No me consta que solamente viva de eso, pero sí afirmo que las “sacudidas” de la prensa le ponen del hígado. Todavía hay que escuchar lo que Marcos imagina cuando le dice a María Elviña: “Sueño con una Coruña pujante, fuerte, que recupere el prestigio que ha perdido a manos de los llamados grandes partidos”.
Por supuesto, señor Marcos, usted ha diagnosticado el gran mal que afecta a nuestra querida capital, pero mientras haya ejemplos tan nauseabundos como el lienzo de muralla –asqueroso– de Puerta Real que viene a ser el claro ejemplo de cómo funciona el Gobierno municipal poco habrá que hacer.
Tiene usted razón, señor Marcos, cuando dice que “Negreira ha sido una gran decepción”. También que “carece de respeto a la Historia, como evidenció el hecho de retirar el festivo a nuestra patrona, la Virgen del Rosario”. Por este detalle, no se preocupe, señor Marcos, pues a Negreira le será difícil cosechar un voto en la Ciudad Vieja.
En resumen, ágil y valiente entrevista. De la periodista y el entrevistado. Algo ha quedado claro: Marcos es un coruñés como la copa de un pino.