La pena de ser pobre

CUANDO el Deportivo vivía en el cielo, Babel era un niño que aspiraba a ser futbolista. Cuando el Deportivo inició el descenso, primero, al purgatorio y, después, al infierno, Babel había cumplido su sueño; era internacional por Holanda y jugaba en el Liverpool. Esas trayectorias divergentes coincidieron en septiembre y han permanecidos unidas durante tres meses, poco tiempo, pero el suficiente para que la afición recordase cómo eran los jugadores que se vestían de blanquiazul en la etapa de esplendor del club. ¡Qué desgracia ser pobre y tener que vivir de recuerdos! 

 

La pena de ser pobre

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