Los clubes estallan contra las ‘reglas’ de la Federación

Los clubes estallan contra las ‘reglas’ de la Federación
El presidente de la Federación, Rubiales, en una imagen de archivo con la Supercopa que tanta polémica creó por llevar la competición fuera de España | efe

La propuesta de acceso a la próxima edición de las competiciones europeas elaborada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en el caso de que no se termine la actual temporada, se ha convertido en el enésimo desencuentro entre algunos clubes del fútbol profesional español y el ente que preside Luis Rubiales.

El último en alzar la voz, que no el primero, ha sido el Valencia. Este es el último capítulo de las discrepancias entre ambas partes desde que hace casi dos años Rubiales asumiera la presidencia federativa y llega tras dos grandes enfrentamientos sobre qué clubes debían disputar la última Supercopa y el reparto de los ingresos por jugarla.

Ahora la Federación ha propuesto que si no se juega más, una plaza en la Liga Europa sea en vez de para el séptimo clasificado en la Liga, actualmente el Valencia, para el subcampeón de la Copa del Rey, cuya final el Athletic Club y la Real Sociedad todavía no han disputado.

El Valencia anunció que había remitido una carta la UEFA en la que expresaba su desacuerdo por la propuesta al considerar que la Federación se atribuye unas competencias que no le corresponden para dar validez a la actual clasificación provisional del campeonato.
Posteriormente el club, a través de su director de estrategias de comunicación, Román Bellver, propuso la repetición del campeonato como solución “menos injusta” en el caso de que la crisis del coronavirus impida volver a jugar.

El Valencia admitió que si así fuera, la decisión penalizaría, por ejemplo, a clubes de Segunda División con el ascenso encarrilado, al tiempo que pidió consenso y un estudio detallado de pros y contra.

Esto no es nuevo
Este alejamiento entre federación y clubes no es nuevo puesto que el año pasado el Valencia ya había considerado que debía disputar la Supercopa de España como campeón o finalista de la Copa del Rey ante tan solo un rival, el Barcelona, campeón de Liga.

La Federación había empezado a estudiar la fórmula que finalmente estableció de un torneo con cuatro clubes al que incorporó al Real Madrid y al Atlético de Madrid y que se disputó en enero en Arabia Saudí. Además, el club de Mestalla, que inicialmente se resistió a firmar el contrato para jugar en Arabia, también protestó ante la Federación por haberle asignado por participar un ingreso inferior a los tres millones de euros.

Esta cantidad suponía menos de la tercera parte de la destinada al Real Madrid y al Barcelona. El Valencia consideraba que se debía realizar un ingreso a partes iguales entre los cuatro clubes. Así lo consideró públicamente el presidente Anil Murthy, meses antes de su disputa, mientras que Mateu Alemany señaló incluso después de dejar su cargo de director general del club que el modelo de competición era “injusto, antideportivo y antirreglamentario”. Recordó que el Valencia había recurrido el nuevo formato ante el Consejo Superior de Deportes (CSD), al margen de criticar que se hubiera establecido el reparto económico “en función de los nombres y los apellidos de los contendientes”.

Meses antes, todavía en el cargo y con el Valencia ya clasificado para la final copera de 2019, ya había mostrado su oposición a la idea.
Previamente, Alemany había considerado aceptable la propuesta de LaLiga de disputar en Miami encuentros de Liga que finalmente no se jugaron en Estados Unidos tras la negativa federativa.

Consideró esta posibilidad como una contrapartida, por ser la española la mejor liga del mundo por resultados y por los ingresos que los clubes percibían de la televisión.

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