Portugal sigue ardiendo en medio del impacto por la magnitud de una tragedia con 63 muertos

Portugal sigue ardiendo en medio del impacto por la magnitud 
de una tragedia 
con 63 muertos
Los bomberos del Ericam trabajan en la extición del incendio.| ep

Más de 2.000 efectivos continúaban ayer luchando contra el incendio que arrasa el centro de Portugal desde el sábado, dejando a su paso al menos 63 muertos y un paisaje desolador en un país impactado ante la magnitud de la tragedia.


El fuego, que arrancó el sábado por la tarde en el municipio de Pedrógão Grande, en el distrito de Leiria, se extendió también a los de Castelo Branco y Coimbra, y mantiene cuatro frentes activos.


Según el último balance oficial ofrecido por la ministra de Administración Interna, Constança Urbano, el incendio deja otros 62 heridos, varios de ellos de gravedad. Los efectivos terrestres todavía no consieguieron acceder a algunas aldeas cercadas por el fuego y la baja visibilidad ha dificultado el trabajo de los medios aéreos, especialmente en las primeras horas del día, en una zona en la que las temperaturas rondan los 38 grados, con viento de moderado a fuerte.


“Es necesario llegar a todo el territorio para ver si hay más víctimas en las pequeñas aldeas”, repartidas por la Sierra de Lousã y la cuenca del río Zezere, dijo Rui Rocha, alcalde de la localidad de Ansião, una de las afectadas por las llamas.La versión que manejan las autoridades lusas apunta a que el fuego se inició por el impacto de un rayo en un árbol seco en la tarde del sábado, con temperaturas de 40 grados y fuertes vientos que ayudaron a propagar las llamas.


A pesar de que los portugueses están acostumbrados a sufrir incendios cada verano (es el país de la Unión Europea más afectado por las llamas en este siglo), la magnitud de esta tragedia les mantiene impactados.
Muchos siguen sin entender cómo el fuego pudo expandirse con tanta rapidez, cercando aldeas enteras y una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, donde treinta personas murieron atrapadas en de sus vehículos.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, apeló desde el centro de operaciones instalado ayer en la localidad de Avelar, a concentrar todos los esfuerzos en combatir el fuego, en vez de discutir las causas y las posibles responsabilidades que puede acarrear la tragedia, por la que se han decretado tres días de luto.

Apoyo a las víctimas
“La prioridad ahora es el combate al incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias”, señaló el jefe del Estado luso, que añadió: “después tendremos todo el tiempo del mundo” para debatir sobre el resto de asuntos.


Entretanto, se multiplicaron las muestras de solidaridad por todo el país, con ciudadanos que han abierto las puertas de su casa para acoger a las decenas de personas desalojadas.


Además, las víctimas están recibiendo apoyo psicológico por parte de una treintena de técnicos repartidos por las zonas afectadas.Los portugueses también se han lanzado a proporcionar ayuda a las víctimas a través de cuentas bancarias solidarias o de donaciones, hasta tal punto que menos de 48 horas después de que se iniciase el incendio, las autoridades tuvieron que pedir que dejen de enviar alimentos a la zona porque hay “exceso”.


La ayuda proviene también de fuera de las fronteras portuguesas, desde donde han llegado apoyos para combatir las llamas.
El primer país en reaccionar fue España, desde donde el domingo a primera hora llegaron dos aviones Canadair, a los que posteriormente se han sumado otras dos aeronaves del mismo modelo, dos anfibios Air Tractor, cien militares de la Unidad Militar de Emergencias con diecinueve vehículos y 25 bomberos del Equipo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid. A través del mecanismo de protección de la Unión Europea (UE), Francia e Italia también enviaron medios aéreos a la zona.


Por otra parte, los expertos ven clave del incendio en Portugal el abandono y alertan de 600.000 hectáreas de matorral en GaliciaFederación Europea de Sistemas Agroforestales avisa de una biomasa “más elevada de lo aconsejable”, y pide más prevención y fomentar el pastoreo.


La presidenta de la federación, Rosa Mosquera, explicó que mantuvo contactos con los delegados portugueses, los cuales inciden en el impacto del abandono en la actividad agrícola en esa zona de Portugal, que ha dado lugar a una “matorralización” que ayuda a la propagación del fuego, unido a que se produjo “la regla de los tres treinta” (temperatura de más de 30 grados, humedad por debajo del 30% y vientos de más de 30 kilómetros por hora).

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