Las trabas municipales convierten las procesiones en “manifestaciones religiosas”

Las trabas municipales convierten las procesiones en “manifestaciones religiosas”
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La procesión de la Virgen de los Dolores abrió ayer los actos de una Semana Santa en la que, por primera vez, el Ayuntamiento ha aplicado a las cofradías la Ley de Espectáculos. Como si de un evento con ánimo de lucro se tratase, denuncian los afectados, el Gobierno de la Marea les ha exigido para poder procesionar, entre otros requisitos, que soliciten permisos de ocupación de vía pública, que presenten una memoria de actividades o que calculen el aforo. Requerimientos que hay que gestionar con tres concejalías y tienen plazos prácticamente imposibles de cumplir. Ante esta circunstancia, las agrupaciones recurrieron a una opción rápida y eficaz: solicitar permiso a la Subdelegación del Gobierno para que las procesiones recorran las calles como “manifestaciones religiosas”.


La primera en “manifestarse” fue la Virgen de los Dolores y está previsto que mañana lo haga la imagen  de La Borriquilla, acompañada por centenares de fieles que acuden cada año a la bendición de los ramos. No podrán hacerlo, sin embargo, en la parroquia de Santo Tomás, donde se ha tenido que suspender el recorrido alrededor del templo al no obtener el visto bueno del Ayuntamiento.

Mientras, la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro –la que más procesiones organiza– espera por su permiso municipal. Inició los trámites a principios de febrero y tras atender todas las peticiones del Gobierno local, confía en recibir una respuesta positiva. De no obtenerla, o en previsión de que llegue tarde –su primera procesión es mañana–, cuenta con el plan b del permiso de manifestación.
Desde las cofradías lamentan este trato a unos actos que son tradición y reúnen a cientos de personas y acusan a los dirigentes de la Marea de tener interés en acabar con los actos religiosos en la ciudad.

Virgen doliente
Ajenos a las numerosas trabas administrativas a las que se han enfrentado las cofradías este año durante la organización de la Semana Santa, cientos de coruñeses ocuparon las calles que recorrió la Virgen de los Dolores a última hora de la tarde de ayer. 


Los cofrades de la Venerable y Real Congregación del Divino Espíritu Santo y María Santísima de los Dolores, la agrupación más antigua de la ciudad, volvieron a portar a hombros la talla de la Virgen doliente desde la iglesia de San Nicolás, donde se conserva. La imagen de madera, de 1809, estuvo acompañada por nazarenos de todas las cofradías de la ciudad en su trayecto, que fue sumando espectadores a medida que avanzaba. 


La Agrupación Musical Virgen del Carmen de Ferrol se encargó de hacer sonar trompetas y tambores durante el recorrido, completando una escena en la que no faltaron las manolas y los monaguillos.

Las trabas municipales convierten las procesiones en “manifestaciones religiosas”

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