Una biblioteca personal de más de 4.000 libros ya es algo suficientemente llamativo, pero si además esas obras llevan la rúbrica o dedicatoria de sus autores lo es todavía más si cabe.
Esta biblioteca existe y está dividida entre las viviendas que el lucense Ángel Patricio Rodríguez Argibay tiene en A Coruña y en su Lugo natal. En concreto son 4.332 libros de 1.440 autores, cada uno de ellos con su dedicatoria. Un proyecto que comenzó en los años 70 sin ninguna pretensión especial, pero que ahora busca batir el récord Guinness.
“Esto se inicia cuando tenía 13 o 14 años, había libros por casa, de escritores lucenses, entonces un día se me ocurrió coger un libro y que me lo dedicaran y a partir de ahí fueron viniendo el resto”, explica Rodríguez. Sobre ese primer libro no recuerda cuál fue exactamente, pero sabe que está entre una obra de Trapero Pardo, Narciso Peinado o de Ánxel Fole. Sabe que esas fueron las primeras, pero no el orden, “uno de esos tres fue”.
Cuenta con obras de todo tipo, “en lengua castellana, gallega, de pintura, de arquitectura, de fotografía, de viñetas, de poesía, de todo”, relata Rodríguez sobre su colección.
En su biblioteca hay obras dedicadas de todo tipo de autores, entre ellos tres premios Nobel, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa y Vicente Aleixandre. Sobre este último comenta que, “el último libro que dedicó Aleixandre fue para mí, de hecho tengo un certificado de su hermana, que me lo mandó con el libro al poco de morir él”.
A Vargas Llosa lo conoció en persona. Rodríguez echa mano del propio libro dedicado para saber la fecha exacta. “El 31 de octubre del 94”, repasa junto a la dedicatoria del premio Nobel, al que conoció tras una visita a Lugo.
Rafael Alberti, Miguel Delibes, Xuxro Lobato, Darío Xohán Cabanas Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Paco Rabanne, Pertegaz, Carmen Lomana, Jaime Peñafiel, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Nieves Herrero, Aline Romanones, Pilar de Borbón, José Carreras, o Forges, son algunos de los muchísimos autores que dedicaron alguno de sus libros y que Rodríguez tiene en su haber.
Al mencionar a Alberti recuerda una anécdota similar que con Aleixandre, ya que los dos libros del autor gaditano le llegaron a los pocos días de ser enterrado, por lo que, según el propio coleccionista, también podrían ser sus últimas dedicatorias.
Peticiones o visitas
Precisamente las dedicatorias de Alberti o Aleixandre podrían ser objetos de coleccionista, aunque el propio Rodríguez reconoce que “nadie me contactó, ni nadie se interesó por la biblioteca, nada”.
Más de 4.000 obras dedicadas podrían ser también objeto de algún museo o exposición. Rodríguez reconoce que “a lo mejor” sería interesante hacer algo así, pero no tiene seguro “hasta que punto o a quién le podría interesar”. “A un organismo oficial, si le interesara, creo que ya me habría contactado”, añade.
Pero la colección no está cerrada, ni mucho menos. Cuenta el coleccionista que tiene pendiente pedirle al fotógrafo coruñés Xurxo Lobato que le dedique dos obras más. “A ver si localizo también a Maxim Huerta, el que fuera ministro de Cultura”, indica. También tiene pendiente que la periodista y escritora Isabel San Sebastián rubrique su obra.
“De aquí, de A Coruña, tengo que localizar a un chico que se llama Jesús Penabad, pero claro, es complicado encontrárselo por la calle”, explica. Porque muchos de sus encuentros son casuales, por eso se lleva siempre con él uno de sus álbumes en el que recoge las firmas de los autores que conoce y que le dedican.
Además de encontrarse personalmente con los autores, tanto casualmente, como en presentaciones o ferias del libro, comenta Rodríguez que en la mayoría de las ocasiones envía él el libro a los autores o se los envían desde las propias editoriales.