El primer temporal del otoño deja un reguero de incidentes en la ciudad por los efectos del viento

El primer temporal del otoño deja un reguero de incidentes en la ciudad por los efectos del viento
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Los meteorólogos ni siquiera se molestaron en poner nombre al temporal que ayer se azotó la ciudad. A fin de cuentas, el nivel de alerta solo era amarillo, con rachas de viento que no llegaron a superar los 70 kilómetros por hora de componente sur. Sin embargo, el vendaval fue suficiente para causar un reguero de incidentes en los edificios más expuestos y obligó a cerrar varias zonas verdes por el peligro que suponía la caída de las ramas de árboles en parques como el Campo de Marte o San Margarita que albergan gran cantidad de ejemplares de gran porte y viejos y, por eso mismo, con tendencia a desgajar sus ramas por el efecto del viento.

El Ayuntamiento acordonó total o parcialmente las zonas verdes de la Maestranza, Adormideras, el parque de Carlos Casares, el parque infantil de As Xubias de Abajo, además del Campo de Marte y Santa Margarita, como se había mencionado anteriormente, aunque hay que señalar que en este último caso, el cierre se limitó a la entrada de la ronda de Nelle, que está rodeada por árboles de gran tamaño que ofrecían peligros para los transeúntes. Por otro lado, también se cerró el acceso a la Torre de Hércules, dado que los vientos son muy fuertes en su cúspide.

Primeros daños

El día amaneció ceniciento y lloviznó intermitentemente durante todo el día pero no fue hasta pasado el mediodía cuando el viento dejó sentir su presencia con más fuerza, afectando las fachadas de dos edificios: un bloque de viviendas privada en la calle de Ángel del Castillo, en Os Mallos, y otra en el hotel Meliá María Pita, donde la ventolera había arrancado una uralita de plástico de la cubierta del edificio. Sin embargo, para cuando llegaron los servicios de emergencia, el viento ya había acabado de arrancar el material.

Igual ocurrió en la dársena, donde los carteles anunciantes del festival de Mar de mares se agitaban sin control y tuvieron que ser retirados. Por último, cayeron varias vallas de obras en la calle del Reverendo Álvarez, en las proximidades del estadio de Riazor. O en el número 7 de la avenida de A Pasaxe, donde una fuerte ráfaga arrancó el toldo de un establecimiento, sin que los bomberos llegaran a actuar.

Por otro lado, no se registraron graves daños en el arbolado de la ciudad. Sin embargo, los expertos están preocupados por su futuro a corto plazo: muchos son grandes y viejos, lo que significa que sus ramas se acaban desprendiendo, lo que genera un gran peligro. En zonas como el parque de Santa Margarita es especialmente evidente este problema.

El primer temporal del otoño deja un reguero de incidentes en la ciudad por los efectos del viento

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