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Los pasajeros que llegaron ayer a la estación de tren se encontraron nada menos que con seis cascadas a pocos metros del andén y sobre un suelo de cemento. La acción nada tuvo que ver con las fuerzas de la naturaleza. Más bien con las posibilidades del arte y la firma de un pintor de origen argentino llamado Eduardo Relero.
La marca Nestea quiso desarrollar esta puesta en escena en la ciudad e instalaba seis obras tridimensionales de cuatro por seis metros y realizadas con anamorfosis.
Se trata de una técnica que consiste en una proyección distorsionada que cobra vida cuando se ve en el ángulo recto. De esta forma, los que pasaron por delante de las creaciones pudieron percibir las corrientes de agua en tres dimensiones, mientras que los que rodearon las mismas por un lado no vieron otra cosa que su forma real. El conjunto de piezas desafió las leyes de la perspectiva y convirtió la experiencia en algo único, que impacta más si el curioso no se lo espera, como en este caso.
El autor necesita entre seis y siete días para materializar uno de estos dibujos, que tomaron la estación de ferrocarril como uno de los primeros sitios que invadirán para promocionar Nestea.
La firma sorprenderá también a los usuarios de trenes en ciudades como Bilbao, Oviedo, Barcelona, Sevilla y Valencia.
Esta puesta en escena se enmarca dentro la última campaña de Nestea, que bajo el eslogan Bienvenido a este instante, recuerda a los consumidores que la clave para disfrutar más de la vida está en poner atención en cada cosa que uno hace.
Además, el evento creado por la agencia Mil Vueltas se acompañó por una acción de sampling consistente en la repartición de latas de este refresco a todos los que se acercaron ayer a San Cristóbal. Así fue como los usuarios de este transporte público dejaron su rutina a un lado para contemplar lo que Nestea y Relero habían instalado en la plataforma ferroviaria. Hasta el momento, se han podido ver estas creaciones de Relero en Galicia y algunas galerías del país.