Traje de gala y mono de trabajo

Traje de gala y mono de trabajo
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O muchas ganas tenía el Laracha o muy dormido arrancó el partido el Barbadás. Lo cierto es que no resultaba difícil apreciar que un equipo llevaba –al menos– una marcha más que el otro. Los de la camiseta rojiverde demostraron en la primera parte que es posible equilibrar la intensidad defensiva con la ofensiva.
Ambrosio Oróns apostó por Iago Iglesias como titular en la mediapunta. A la derecha del exjugador del Deportivo, un puñal –Alexandre–; a su izquierda, otro perfil de jugador completamente distinto, el creativo Óscar Martínez. Por delante de todos, Dani Bea.
Alexandre destaca por su velocidad y verticalidad, pero quiso ofrecer una pincelada de calidad con la que ampliar su registro de recursos. Recibió en la derecha y, en lugar de buscar la línea de fondo para sacar un centro, orientó el balón hacia dentro, condujo y, leyendo a la perfección el desmarque de Dani Bea, soltó el pie izquierdo para dar un pase preciso. Bea, ligeramente escorado, no se lo pensó y soltó un latigazo con la derecha. Diego se comió el cañonazo y, aunque logró tocarlo, el balón acabó dentro de la portería. Con 11 minutos de juego, el partido pintaba más que bien para el Laracha.
Probablemente, Ambrosio quiso combatir la fortaleza del Barbadás evitando un partido de tú a tú en el plano físico. Apostó por Denis en el medio junto a Rebolo y por los cuatros jugadores de marcado carácter ofensivo mencionados anteriormente. En cambio, hasta pudo marcar en una acción a balón parado que, en teoría, debería dominar el rival. Un centro con la zurda de Óscar desde el costado derecho encontró a Róber totalmente solo en el segundo palo. Inexplicablemente, su remate acarició la red, aunque por la parte exterior.
Pese al resultado ajustado      (1-0), daba la sensación de que el Laracha tenía el partido controlado. La balanza del juego inclinaba el control ofensivo a su favor. Defensivamente no pasó apuros, excepto en el minuto 35. Un balón vertical de Nacho Currás sobre la espalda de Iván habilitó a Jaime solo ante Damián. El extremo zurdo del Barbadás evitó al portero pero inexplicablemente no remató. Esa desafortunada acción hizo que el Laracha sufriese dos bajas. El choque entre Damián e Iván provocó lesiones en ambos jugadores. Ambrosio gastó dos cambios antes del comienzo del segundo tiempo (entraron el portero suplente Julián y el central Beto).
Ni tan poderoso en ataque ni tan seguro en defensa. El Laracha del segundo tiempo fue otro. De ser dominador a perder el control, aunque sin llegar a notarse excesivamente exigido. Eso sí, el Barbadás fue a más con el paso de los minutos. Aún así, la primera gran ocasión de la segunda parte fue de Iago Iglesias con un disparo desde la frontal del área, curiosamente, con la pierna derecha. El balón salió muy cerca de la escuadra. Desde el 48 hasta el 90, en el que Dani Bea falló en el área pequeña la ocasión más clara del partido tras pase de Óscar, el equipo local no volvió a generar opciones claras.
La entrada de Breogán Pereiro por Jaime le dio otro aire al Barbadás. Rafita perdió protagonismo caído en la izquierda pero el equipo de Peluso se equilibró para combinar.
Tal vez influyó el madrugón (el Barbadás partió a las 8.30 horas de Ourense) en la parsimonia inicial de los jugadores visitantes. Alguno de ellos solo dio señales de vida en los últimos minutos. Hugo García recibió entre líneas las veces que quiso pero, durante algo más de una hora, solo consiguió desesperar a sus compañeros, que no camuflaron sus protestas al punta azulón. En cambio, en el último cuarto de hora fue mucho más que el delantero centro. Se asoció, combinó, provocó acciones a balón parado y, lo más importante, habilitó las entradas de segunda línea de sus compañeros (fundamentalmente, los hermanos Pereiro).
Precisamente Moisés, tras una falta lateral botada por Rafita, remató al palo (min.73) en la opción más factible del Barbadás para conseguir el empate. La inseguridad de Julián en algunos despejes incitó al Barbadás a dar un paso más y los últimos minutos fueron de asedio visitante. La entrada de Elmer por Iago ayudó al Laracha a reducir la fluidez ofensiva del rival, pero no impidió el sufrimiento hasta el último minuto.
Después de que Dani Bea fallase el 2-0 prácticamente a bocajarro, hubo respuesta del Barbadás en la otra área. Rafita sacó un córner que Moisés remató y, desde la línea, un defensa local evitó el 1-1 ante las protestas visitantes reclamando al árbitro que el balón había sobrepasado la línea. Así murió el partido: con la rabia del Barbadás y el sufrimiento victorioso de un Laracha que fue capaz de ponerse el traje de gala en el primer tiempo y el mono de trabajo en el segundo. n

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