Los millones se imponen en Riazor

Los millones se imponen en Riazor
Sergio Ramos agrede a Schär en una fea acción que lamentablemente no es nueva en el andaluz | lavandeira

Otra vez será. El deportivismo soñaba con hacerle daño al Real Madrid pero finalmente los millones, la enorme diferencia entre planteles, se impuso con claridad en Riazor a pesar de que el Depor dispuso de sus ocasiones.
Pepe Mel fue fiel al trabajo semanal y alineó al once esperado. La primera idea, evidentemente, era que el Madrid no se pasease por Riazor como ocurrió en los últimos cursos, cuando a los pocos minutos del encuentro se ponía por delante en el marcador con relativa facilidad. Los blancos salieron a dominar, a marcar rápido, y se hicieron dueños de la pelota desde el momento inaugural del choque. Sin embargo el primero en disparar a puerta fue el Depor por mediación de Florin Andone, quien e los cinco minutos de juego envió la pelota desde el costado para la intervención certera de Keylor Navas.
El Madrid atacaba, dominaba, y el Deportivo buscaba los contragolpes para hacerle daño al campeón liguero. Así, dos minutos después, de nuevo el punta blanquiazul volvía a chutar sobre Navas en una opción de gol todavía más clara que la anterior. El balón acababa en córner con un remate alto de Bakkali a su saque.
Después de este fulgurante comienzo con dos ocasiones locales bastante claras para ponerse por delante, el encuentro se serenó un poco, pero siempre con la posesión del balón para el talentoso conjunto merengue.

Nuevo decorado
Algo se había ganado con respecto a otros partidos ante el Real Madrid. Superado el primer cuarto de hora, el equipo local había disparado a puerta más que el blanco, mantenía la meta a cero y sabía a qué debía jugar. Sin embargo cada ataque merengue generaba un peligro absoluto y al final pasó lo que, lamentablemente, se podía esperar.
A los 19 minutos llegaba la el primer tanto rival después de un mal rechace de Rubén y cierta lentitud en la defensa blanquiazul. Bale marcaba a puerta vacía, y era injusto. Lo era porque el cuadro blanco no había disparado entre los tres palos, sí los coruñeses, y porque el gol llegaba en la jugada menos nítida de los de Zidane.
El equipo gallego encajó el directo madrileño e intentó acechar la meta capitalina. El choque se convirtió, mediada la primera parte, en un partido de ida y vuelta.
Ahí el Madrid se sintió más cómodo merced a su talento y pronto puso una ventaja más amplia en el marcador. Un esférico colgado de un lado al otro de área encontraba a Casemiro libre de marca para conseguir el 0-2. Poco a poco Riazor iba despertando del sueño previo que tanto había ilusionado con las dos ocasiones seguidas de Andone en los primeros compases de encuentro.
A partir del segundo tanto blanco la tranquilidad se apoderó del cuadro madridista, que contemporizaba un poco más, mientras el Deportivo seguía intentando robar la pelota y acabar las jugadas para llevar el peligro a la meta de Keylor Navas pero sin acierto, justo el que había exhibido el rival, que con muy poco conseguía muchísimo, un 0-2 con el que se llegaba al descanso.

Mismos argumentos
En la reanudación el panorama siguió más o menos igual que en el primer periodo. El Deportivo buscaba meterse en el partido con un gol y el Madrid sentenciar con el tercero.
Los coruñeses intentaron atacar por las bandas, por el centro, mantuvieron la fe en la medida de lo posible, y la energía, ya que los de Zidane llegaban a este choque mucho más rodados porque llevan ya tiempo en competición.
Los minutos iban cayendo con el actual campeón liguero muy tranquilo, sin estridencias y jugando fácil y con el equipo herculino dando todo lo que podía en cada acción.
Merecía el gol Anonde en el minuto 58 cuando, a la salida de un córner, cabeceaba sobre la meta con la respuesta de Keylor Navas en una acción que evitaba el tanto local.
De una buena acción del Depor se pasaba al peligro inminente blanco. Inevitablemente, en el 61, el Madrid sentenciaba con el 0-3, obra de Kross, tras una jugada que comenzaba como un rondo en el área coruñesa. Aun así, el Depor siguió intentándolo y Guilherme envió un balón a la madera en el 63. Mel realizó sus cambios buscando más peligro, al menos el gol del honor.
Podría haber llegado ese maquillaje al partido si Florin Andone hubiera acertado en materializar una pena máxima en el minuto 89, pero el ariete no tenía ayer su día y envió el esférico muy ajustado al palo, perdiéndose el balón tras tocar lo justo Keylor Navas para enviar a córner. Ni de penalti...
El choque finalizó con el 0-3, Sergio Ramos expulsado por doble amarilla (justas ambas) y la sensación de que hay mucho que trabajar, pero que el Depor puede y debe crecer en este campeonato. l

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