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miércoles | 24 abril | 2024
El verano está a punto de acabarse pero afortunadamente el buen tiempo aún no tiene intención de marcharse. Del mismo modo, son muchas las personas que aprovechan septiembre para realizar sus vacaciones, y es que este mes es una de las mejores épocas para no encontrar aglomeraciones y disfrutar de unos días de descanso alejados de toda masificación.
Los que se han pasado todo el verano trabajando ansían disfrutar de playa, tranquilidad y mucho sol para poder lucir un bronceado durante algo de tiempo. Aunque aquí tenemos playas preciosas, acantilados majestuosos y aguas cristalinas en forma de cala, muchos viajeros prefieren coger sus maletas y visitar otras zonas alejados de sus lugares de confort. Una de las opciones más populares de los últimos años es visitar la isla de Cerdeña, por su cercanía, por sus similitudes gastronómicas de cocina mediterránea y por ser un destino muy asequible.
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La isla italiana de Cerdeña es la segunda isla más grande del Mediterráneo. Limita al norte con el estrecho de Bonifacio que la separa de Córcega, isla francesa, y en los últimos años se ha establecido como un destino turístico muy popular gracias a sus múltiples actividades para todos los públicos. Pero, sobretodo, por ser uno de los lugares de la zona que dispone de unos paisajes costeros más bellos.
No en vano uno de los principales atractivos que llaman la atención de todo aquel que quiere visitar Cerdeña es la Costa Esmeralda, conocida así por el color del agua del mar. Este paisaje idílico costero es una mezcla mágica de sol, playa y aguas turquesas y cristalinas que van a hacer que tus ojos se enamoren perdidamente de unas vistas espectaculares. Estas grandes playas de arena fina y blanca esconde un montón de fascinantes lugares por descubrir, como el Golfo del Pevero, la Cala di Volpe o las islas de Mortorio y Soffi, ambas incluídas en el Parque Nacional de la Maddalena.
Pero aunque muchos asocian esta isla italiana a la Costa Esmeralda, son muchos los demás atractivos que esconde la ínsula. Su capital, Cagliari, tiene un largo recorrido histórico en el que han participado varias civilizaciones, dando lugar a edificaciones representativas de varias épocas que van a enamorar a aquellos amantes de la historia: una gran necrópolis de la época de Cartago, un anfiteatro de la época romana, una basílica bizantina, dos torres del tiempo de la República de Pisa y un sistema robusto de fortificaciones de los tiempos en los que la ciudad era el centro del Imperio Español de los Habsburgo.
En realidad, la mejor manera de conocer la isla es alquilar un coche y recorrerla de norte a sur para no perderte ni un detalle. Tras conocer la capital, en el sur, otra de las recomendaciones es visitar el antiguo pueblo de Chia, importante centro fenicio - y más tarde romano - en el que podrás de preciosas playas donde tomarte un respiro antes de continuar tu ruta. Hacia el norte, la opción más popular el visitar Alguer, la quinta ciudad sarda por número de habitantes. De hecho, son muchas las personas que viajan directamente hacia esta zona, que dispone de aeropuerto propio. ¿Cómo ocupar tu tiempo allí? Lo cierto es que hay tanto que ver que con solo realizar un paseo por sus calles los viajeros quedan plenamente prendados. Tejados rojos que tocan el cielo contrastan con el mar esmeralda, en el que pueden verse los bastiones del puerto.
Si eres un fanático vinícola vas a encontrar tu lugar perfecto
Muchos de los viajeros que se desplazan hasta Cerdeña es para descubrir la zona más vinícola del país. Y es que esta isla tiene una gran tradición de viñedos, prensado de uvas y producción de vino que se ha transmitido de generación en generación, dando lugar a sabores autóctonos que los buenos amantes del vino no quieren perderse. Moverse por el territorio a través de su excelente producción vinícola es una de las maneras más placenteras de conocer una parte muy auténtica del país.
