Reportaje | El autobús negro que trae consigo una atmósfera más clara

Reportaje | El autobús negro que trae consigo una atmósfera más clara
El Ideal Gallego-2018-11-16-006-18850db6

La primera sensación que produjo el bus híbrido en los viajeros de la línea 6 fue desconcierto. No por su novedoso diseño, sino simplemente porque es de color negro.

Los pasajeros permanecían titubeantes en la parada hasta que el conductor les confirmaba que sí, que aquel era un autobús de Tranvías y que hacía la ruta de la avenida de Hércules a Meicende. “La gente flipa en colores, si no avisas, se queda en la parada”, comenta Manuel Couso. Negro, con una línea azul, quizá crean que es un autobús funerario “o del Depor, que también es negro. Estéticamente, llama la atencion”. 

Pasadas las doce de la mañana, el transporte estaba lleno a reventar, con casi cien personas, enfilando la avenida de Finisterre. Era la prueba de fuego para determinar si el vehículo híbrido en pruebas tiene tanta potencia como los diésel actuales.

Manuel tiene sus dudas. “Esto tiene doce marchas en vez de las seis que tenemos en los otros buses, así que no puedes forzarlas para subir la cuesta. Cambia demasiado rápidamente”. Pero Couso admite que su conducción es más suave y, sobre todo, es menos ruidoso. 

Tranvías pone a prueba el nuevo modelo híbrido Volvo 7900LH para estudiar su incorporación a la flota. Su bajo consumo le permite ahorrar hasta un 39% de combustible. Couso nunca había conducido ninguno y le habían dicho el día anterior, “oye, vente a ver el coche que mañana sales con él”. Pero va sin problemas: “Es como una bicicleta. Si sabes conducir una,  sabes todas”.

Los pasajeros notan pocas diferencias, más allá del color, pero el conductor cuenta con una mampara. “Alguna vez hubo una agresión, así que no es mala idea”, reconoce.

Anteriores intentos 
No es la primera vez que un Gobierno local pretende introducir el bus híbrido en la ciudad. Ya lo intentó en marzo de 2011 cuando se puso a prueba el autobús híbrido “Tempus” de Castrosúa, que se averió en varias ocasiones y tuvo que ser devuelto. La apuesta por una compañía gallega  no dio resultado, pero en abril de ese mismo año se probó otro híbrido, esta vez de la empresa alemana MAN.

Este no se estropeó pero costaba 340.000 euros, sin IVA, lo que suponía un 30% más de  lo que cuesta uno convencional. Además,  el coste del recambio de la batería resultaba prohibitivo. Pero, desde entonces, se ha avanzado mucho en la tecnología de los superconductores.

Reportaje | El autobús negro que trae consigo una atmósfera más clara

Te puede interesar