El que algo quiere, algo le Cuesta

El que algo quiere, algo le Cuesta
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El Silva ganó la batalla de estilos en O Roxo. El equipo herculino, replegado, compacto y veloz al contragolpe, se impuso a un Cerceda que tuvo la posesión del balón pero no encontró la forma de hacer daño a su rival hasta que tras la expulsión de Rebollo optó por un fútbol más directo.
Apenas hubo minutos de tanteo al comienzo del choque. Los dos equipos tenían claro a lo que jugar y a lo que iba a jugar su rival. El primero en avisar fue Quintela pero su tiro se fue desviado. Poco después llegó el primer golpe del Silva. Callón se revolvió ante Uzal, encontró a Brais y éste le cedió el cuero a Marcos Gómez. El mediapunta no se lo pensó y soltó un latigazo con la derecha que sorprendió a Rumbo, que no se esperaba un tiro tan seco con la pierna ‘mala’. El gol reafirmó al Silva en su planteamiento y Brais, el hombre más avanzado, retrasó su posición hasta comprimir el equipo en 30 metros. Un suplicio para el Cerceda, que no conseguía combinar por dentro y tenía que recurrir a la capacidad de desborde de un Álex Ares que fue de más a menos.
Con ese guión el Silva estaba cómodo. Robaba y salía. Brais era el arco y Patiño, Marcos y Sergio las flechas. Uno temporizaba y los demás corrían. Así se produjeron varias ocasiones visitantes para ampliar el marcador pero la madera lo impidió en dos ocasiones (un potente disparo de Sergio Pereira y una exquisita vaselina de Marcos Gómez). Brais y Michi también probaron suerte pero sin acierto.
Por su parte, el Cerceda también tuvo alguna opción para empatar. Quintela chutó arriba, Ares y Peloto lo hicieron a las manos de Guillermo y Agulló cruzó demasiado su disparo. Chispazos de calidad individual que no subieron al marcador.
En el descanso Cuéllar buscó una solución. Quintela al banquillo, Bilal al campo y Agulló, que empezó de mediocentro defensivo y también actuó de mediapunta, se posicionó como falso nueve. La medular del Silva también sufrió cambios debido a la lesión de Michi en el 51. Callón se situó como pivote, Brais y Marcos como interiores y Patiño pasó a la punta. Y no le pudo salir mejor al Silva. De una mala noticia (lesión de Michi) emergió otra buena (gol de Cuesta, que fue quien sustituyó al mediocentro). El ex del Sporting Ciudad culminó un centro raso de Toni Insua, que tuvo fe en una de sus pocas incorporaciones al ataque.

cambio de guión
Los jugadores locales no se lo creían. Otra vez iban a tropezar en casa (solo han ganado dos partidos en O Roxo). Sin embargo, Rebollo les dio un motivo para creer. El defensa del Silva cazó a Agulló cuando éste encaraba a Guillermo y el árbitro no dudó. Roja directa. El Silva tenía que administrar dos goles de ventaja en inferioridad numérica durante 18 minutos más el tiempo añadido. No parecía una situación crítica pero apareció Abelenda para, en el primer balón que tocó, marcar de volea el 1-2.
A partir de ahí el partido cambió por completo. Bardanca decidió dejar desierta la posición de delantero y el Silva reculó varios metros más, mientras que el Cerceda optó por un fútbol más directo. Noé también aportó amplitud por la derecha pero tanto los centros desde la banda como los pases por alto de los centrales no encontraron con facilidad a Edu y Agulló, las torres del Cerceda en ataque en los últimos minutos.
Ya en el descuento y con el Silva encerrado casi en su área emergió Caridad, que desbordó personalidad durante gran parte del partido. En una de sus arrancadas desde la zaga combinó con Álex Ares y mandó un latigazo a la cepa del palo cuando Guillermo ya había dado el disparo por imposible. La madera, que antes había ayudado al Cerceda a mantenerse en el encuentro, privó a los locales del empate. n
 

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