Los motivos para el alistamiento en la División Azul y la historia de Ramón Chousa

Los motivos para el alistamiento en la División Azul y la historia de Ramón Chousa
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Los gallegos alistados en las agrupaciones de Falange fueron de 3.500 a 3.800 y la mayoría tenía en común un motivo, la miseria, el hambre que había en sus respectivas familias y un posible trabajo a la vuelta. Se alistaron, unos por idealismo, otros por una paga, los más porque no tenían que hacer ni a donde ir. Así que muchos de aquellos, apenas eran unos mozalbetes que oscilaban entre los 15 y 17 años y todos con una misma idea, luchar en Rusia como si fuese un juego de niños, estos dejarán al mundo asombrado.

Es el caso de Roberto Bermúdez de Castro Carnicero, que cuando marchó a la campaña de Rusia apenas tenía 15 años, próximo a cumplir 16. Conocido en su pandilla como “Tango” llegó a ser coronel de aviación y regresó en julio de 1942, tras el relevo. Otro de los intrépidos era Emilio Montero de la Sierra, alto y delgado, apenas sobrepasaba los 17 años.También se alistó José María García Abella, conocido entre los suyos por “Cheché”, el cual tenía 15 años, lo mismo que Ignacio Padín Panizo, de apenas de 17 o 18 años. Abella y Panizo regresaron también en el mismo contingente de Roberto Bermúdez y, con ellos, lo hicieron unos mil voluntarios.

La lista de los muchachos que se alistaron y fueron a Rusia es muy larga. Así, José Luis Bermúdez de Castro, conocido por “Pelucho” aún no había cumplido 18 años cuando se fue con la División de Voluntarios a Rusia. Otro tanto sucede con Carlos García, de la misma edad, y Pancho de la Reguera, que apenas tenía 17, quien en la Guerra Civil había servido en la Marina como voluntario en el Acorazado Baleares. Su padre era el cónsul de Méjico y sus amigos le apodaban “Pancho Villa”. Con 17 años, también probó suerte en esta aventura el joven Molina, el cual tenía una altura de casi dos metros. A su regreso a España marchó como ATS a la Guinea española, en donde permaneció largo tiempo. Lo mismo pasó con el que sería el gran oculista José Domínguez, que se marchó a aquella campaña con la misma edad de los anteriores. Pero habría uno que rozaría el límite de lo imposible al enrolarse en aquella juvenil aventura de hacer una guerra lejos de casa: Raúl Meléndrez Cebrián, a quien con 14 años se dio por desaparecido en aquel infierno. Lo que se inició como una aventura acabó en tragedia para estos, los cuales resistieron fríos glaciales, que llegaron a oscilar entre los -30°C y los -50°C.

Atrevido visionario
Uno de aquellos aventureros fue Ramón Chousa Penas, peculiar personaje coruñés, un atrevido divisionario que combatió en Rusia a la temprana edad de 17 años, algo impensable hoy en día. En Krasnnyj-Bor (Bosque Rojo) tuvo su prueba de fuego cuando transportaba munición a la primera línea de batalla. Una granada estalló cerca y lo empujó contra el suelo resultando herido en una pierna. Fue trasladado al hospital de campaña de Riga inconsciente, en donde se recuperó, sin que, según sus propia palabras, “se hubiese enterado de algo”. Allí esuvo paseando por la playa y dando largas caminatas hasta su recuperación, tras la que volvió a la campaña del frente.

Chousa se alistó como voluntario y lo hizo como la mayoría de aquellos mozalbetes. Nadie les pedía que justificasen su edad, era un número más de aquella larga lista. En Alemania se enfundó el uniforme de la Wehrmacht y junto con el resto de los divisionarios fue enviado al frente ruso, lo que resultó un infierno para todos ellos, en donde perecerían varios miles de aquellos voluntarios. Se hizo acreedor de la Medalla de la Campaña de Invierno y la de Herido en Combate, también recibió el nombramiento de Caballero de la Real Orden de Cisneros.

Había nacido el 31 de enero de 1924 en el domicilio familiar del Campo de Marte número 24, y era el más joven de quince hermanos, hijo de José Chousa Varela y de Encarnación Penas García. Su infancia discurrió de un modo difícil como era la época, entre su domicilio y los cuarteles de Artillería y de San Amaro. Después de finalizada la Guerra Civil formó parte de una banda de cornetas y tambores  que organizó él mismo tras haber sido disuelto el cuerpo de exploradores, y se unificaron con las milicias de Falange y Requetés.

Entró como voluntario en el Regimiento de Infantería Zamora número 8 de La Coruña, el primero de junio de 1940 indicando que era estudiante de 19 años y que había nacido en 1923, de estado soltero, estatura 1,65 metros, con chapa de identidad 7.542 (en realidad solo tenía 16 años cumplidos). Y con apenas 17 se alistó en la División Azul como mayor de edad. 

Fue uno de los que marcharon en el primer grupo destinado a Rusia. Después de cinco semanas de instrucción en Alemania fue enviado al sector de Leningrado quedando adscrito como soldado al Regimiento de Infantería 263°, 14° compañía. Desde las heladas trincheras de Puskhin vio los edificios que quedaban en pie de la antigua capital imperial rusa.

De vuelta
Una vez instalado en la ciudad, comenzó a trabajar en la fábrica de tejidos “La Primera Coruñesa”, más tarde fue conserje en las instalaciones del Frente de Juventudes y de 1949 a 1972 fue el “multiusos” del “Cine Equitativa”: lo mismo vendía entradas en taquilla, acomodaba a los espectadores, limpiaba la sala, proyectaba películas y expulsaba a los alborotadores. Era el cine más elegante de la ciudad y el portero un almirante con sus cordones dorados y guantes blancos. En 1973 prestó sus servicios en la Jefatura Provincial del Movimiento en la plaza de Pontevedra y terminó con el mismo cargo en el Gobierno Civil, donde se jubiló.

En aquellos años se convirtió en el personaje más entrañable y popular de su ciudad llegando a ser el seguidor más importante del R.C. Deportivo y el más animador en los años 80 en aquellas frías tardes de fútbol en Riazor. Su corneta era el alma de los seguidores y al toque guiaba a los jugadores hacia la portería contraria desde la primera fila de Preferencia Inferior y lo hacía bajo las notas de “la carga del 7° de Caballería”. Queda para siempre grabado aquel curioso recuerdo. Murió el 29 de enero de 2011, apenas dos días antes de cumplir los 87 años.

Los motivos para el alistamiento en la División Azul y la historia de Ramón Chousa

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