Una terna de edificios emblemáticos

Una terna de edificios emblemáticos

No son pocos los edificios emblemáticos salpicados a lo largo del plano de A Coruña. La Casa del Real Consulado, la Casa Martelo y el edificio La Terraza son tres de ellos.

Casa del Real Consulado
Se encuentra situada en la plaza del mismo nombre, entre las calles de Panaderas y Orzan. Su construcción de piedra de cantería, se levanta sobre el año 1770 por encargo de un comerciante de esta ciudad, pero avecinado en Cádiz, llamado José Ramos. Este luego la vende al Real Consulado de Galicia para que establezca en él sus dependencias administrativas sobre 1786, sufriendo en 1794 una profunda reforma al ser cambiada la terraza superior por un tejado, a su vez se le incorpora la capilla consular y se eleva parte de su fachada superior para alojar en su interior el reloj que debía contar dicha casa de Juntas.
En 1830 pasa a manos de la Junta y Tribunal del Comercio, la cual, y tras la extinción de esta, pasa el inmueble a propiedad de la Junta de Agricultura Industria y Comercio y finalmente se hace cargo del mismo la Diputación Provincial, de quien depende administrativamente. En su planta baja alberga el archivo del antiguo Real Consulado y Tribunal del Comercio.
Su biblioteca queda constituida en el año 1788 mediante una resolución del Supremo Consejo de Castilla, que acuerda la creación de una biblioteca pública en la ciudad, abriendo sus puertas como tal el 15 de agosto de 1806. Ocupa entonces un gran salón del segundo piso del referido edificio y se verá ampliada con la donación que hace el canónigo de la iglesia catedralicia de Santiago, don Pedro Antonio Sánchez, así como el legado de don Nicolás Fernández Bolaño a dicho establecimiento de toda su biblioteca personal.

Casa Martelo
Esta casa, de estilo barroco, data del siglo XVIII, siendo a finales de dicha centuria cuando se inician las promociones de las obras importantes de la ciudad. Estas recaen en las manos de las antiguas familias de la aristocracia y también en la nueva y emergente clase burguesa que se enriquece gracias a actividad del comercio y del mar, que levanta por diversos lugares de la ciudad casas tipo palacio, en las cuales dejaban su imagen artística con singularidad y exquisitez del momento, así como el gusto por los materiales nobles y duraderos, siendo su composición sencilla a veces y de filigrana en otras.
Esta corriente propicia el uso de los patios interiores, así como, su buena situación y mejor orientación con destacadas fachadas, las cuales hacían llamar la atención de los demás moradores de la ciudad. Estas fachadas serían engalanadas de grandes balcones enrejados con sus cornisas, sin faltar el escudo de armas de la familia.
En concreto este inmueble, lo mandó levantar la familia Martelo a finales del siglo XVIII. En la vivienda residió el escritor Evaristo Martelo, marqués de Almeiras y vizconde de Andeiro.
En 1975 el Pleno municipal, aprueba acceder a la solicitud de doña María de los Ángeles Martelo Alende, sobre la permuta de esta casa del número 14 de la calle de la Franja por unos terrenos propiedad del Municipio, situados en las calles de la Plaza y Pío XII. La superficie total del solar es de 397,73 metros cuadrados y la edificada de 319,73 metros cuadrados. El valor de la edificación en aquel momento era de 9.413.350 pesetas.
Este edificio será vendido en el año 1976 en 10.087.000 pesetas a la Diputación Provincial de la Coruña, donde está instalada actualmente la Escuela de Danza.

La Terraza
Es un inmueble que tiene cuatro alturas y vino ocupar el lugar que antes había tenido el de madera, que fuera hecho por el arquitecto Antonio López y que desde 1921 se halla en la villa de Sada.
Formaba parte de los pabellones que se encontraban en los jardines del Relleno, más tarde conocido como el paseo de Méndez Núñez. Hacía un estupendo conjunto arquitectónico con el Kiosco Alfonso y el antiguo Atlántic Hotel.
La Terraza significaba para La Coruña un lugar lúdico, cultural y de exposiciones. En un primer momento los dueños piensan en la ampliación del inmueble y solicitan al arquitecto Antonio de Mesa que haga la reforma, pero esta no se lleva a cabo ya que el mismo hace un proyecto completamente nuevo, que es modificado por Pedro Mariño nada más hacerse cargo de las obras.
Los planos originales dibujan unas plantas diáfanas, lo que hace una arquitectura ornamental delicada, principalmente en los remates de las torres y balaustradas, las partes jónicas, los arcos, guirnaldas y métopas, son los recursos más usados, empleando también cerámica de tonos azulados como acabado en las cubiertas, toda su obra queda con marcado carácter horizontal debido a la incorporación de tres pabellones elevados sobre la terraza, siendo el central el que contiene cuatro torres en sus ángulos y los dos laterales con una aparente cúpula.
En estos instantes el inmueble se dedica a Casa de la Radio y Televisión, pero los diferentes usos que se le dio al inmueble acabaron modificando de forma notable la estructura interior y exterior en algunos lugares del edificio.

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