“La poesía es algo que está dentro de mí. Esta ahí”

“La poesía es algo que está dentro de mí. Esta ahí”

Tiene 23 años y algo dentro que le hace coger un papel y escribir en verso. Raquel Vázquez ganaba este año el premio de poesía joven “Gloria Fuertes” por “Luna Turbia”, donde ordena los poemas por las fases del satélite. Esa es la razón de que cuando la luna engorda y se hace bola salgan a la luz los poemas más intensos, composiciones que se quitan las complicaciones en el momento en que ella mengua.
Para la lucense, que vive en Betanzos, haber conseguido esta distinción no es más que una señal para seguir escribiendo: “Fue una alegría porque aunque me he llevado varios premios, este es muy especial”. En una carrera que comenzaba con tan solo trece años a golpe de relatos y proseguía en el momento en que alcanzaba la mayoría de edad para darle forma a un poemario que, es, en realidad, el género que más le llena.
Porque no tiene que pensar para hacer poesía, asegura que la lírica sale sola. Sin forzar. En esto tuvo algo que ver su familia. Y es que su madre tiraba de grandes poetas como Antonio Machado o Miguel Hernández para inculcar a la pequeña Raquel el amor por la literatura, que se selló para siempre cuando se topó por el camino a profesores que vivían intensamente las letras: “Tuve maestros que se iban de lo marcado y nos mostraban la obra de autores actuales para despertar en nosotros interés”.
Es por eso que en la adolescencia de la escritora aparecieron los Ángel González, García Lorca, Gil de Biedma y la generación del 27 como fuentes de disfrute, pero también de inspiración. De los que cogió recortes, igual que de Cortázar para crear su pequeño universo literario. Del que ya es imposible despegarse.
Entre todos estos personajes, se coló también Japón. Del país nipón, le interesaron, entre otras cosas, los haikus porque “son como buscar la concreción, como si fueran una fotografía”. La filóloga entiende la narrativa en su vida más como un proyecto al que tiene que darle forma. En cambio, la poesía surge de una manera natural. Aunque no se plantea vivir únicamente de lo que escribe, Raquel tiene claro que lo seguirá haciendo.
Y con la idea de dedicarse a la docencia, le roba horas al reloj para producir más versos. Además, la joven tiene también un blog en el que “no suelo colgar textos míos sino lecturas que hago y que asocio con imágenes”. En este aspecto, le gusta emparejar a la literatura con las distintas artes ya sean fotografías o pinturas.

imaginario
En ese afán por hacer más grande el imaginario, Raquel se alimenta de distintas disciplinas para compartir con gente amante de la escritura sus inquietudes y dejar que sus amigos lean sus composiciones: “En mi pandilla no hay otro escritor”.
Con dos premios de relatos en el bolsillo y otros dos más por los libros “Por el envés del tiempo”, premio “Poeta Juan Calderón Matador” y “Luna Turbia”, Raquel admira a autores como Peter Cameron por la forma que tiene de observar el mundo.
De él está leyendo el libro “Coral Glynn” para volver a lo suyo que no es otra cosa que hilvanar versos: “La poesía es algo que está dentro de mí. Está ahí”, asegura de forma rotunda.

“La poesía es algo que está dentro de mí. Esta ahí”

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