Los privilegios otorgados a Mayor Fernández Pita, heroína coruñesa

Los privilegios otorgados a  Mayor Fernández Pita, heroína coruñesa
Recreación figurada de Mayor Fernández Pita

El memorial que presenta al rey en 1596, por medio de Francisco Meiranes, dice: “Mayor Fernández de Cámara, viuda, mujer que fue de Gregorio de Rocamonde, vecinos de la ciudad de La Coruña, que cuando el asalto de los enemigos, ella fue por su persona a pelear y peleó varonilmente, de manera que mató al General de la Inglesa, gastó y dio mucha hacienda, así de comida, cuerda, balas y todo género de munición y colchones. Allí le mataron a su marido de quién le quedaron dos hijas doncellas. Habiendo suplicado a S M, le diese licencia para sacar dos mil mulas y muletos del dicho reino de Galicia al de Portugal, no se dio más que para trescientas mulas, vuelve a suplicar a S M, le conceda dicha licencia para dos mil mulas, pues no ha sido S M, servido de concederle la preeminencia pedida de Antón García, que en ello recibirá merced”.

Según esta exposición, el rey le habría autorizado mediante Real Cédula de 1596 emitida en El Escorial, la exportación al Reino de Portugal, de mulas y muletos, pero no  en la cantidad que ella quería, sino en una muy inferior, cuya actividad no llegó a realizar nunca, pese a que en total tenía licencia para 500. 

  En el mismo documento se indica que  tiene dos hijas, una de su primer marido Juan de Rois, labrador, primero en San Cristóbal das Viñas, y carnicero después en La Coruña. Era esta hija María Alonso de Rois. 

Juan había muerto en 1585, y su segunda hija proviene del tercer matrimonio con el contra maestre de mar, de origen andaluz, Sancho de Arratia, con el cual se habría casado después de terminado el cerco con los ingleses en 1589, teniendo como hija a María de Arratia.

En la actualidad se desconoce la intención de Mayor Fernández Pita en querer ocultar su primer matrimonio, así como la verdadera descendencia de ambas hijas.

Lo que está claro es que ninguna de ellas era fruto de su matrimonio por ella y Rocamonde, puesto que en sus pedimentos siempre coloca a su segundo marido como el primero y omite a Rois, como si este no hubiese existido, pese que heredó diversas propiedades entre las que está la casa de la calle de Herrerías.

De esta manera, muestra una doble personalidad y beneficios al amparo de aquellas mercedes.

Donación
Sobre María Pita, en una escritura de donación del Archivo del Colegio Notarial  de la Coruña, realizada por el escribano Francisco Pulleiro, cuyo registro es el número 523, al folio 198, se puede leer: “ En la ciudad de la Coruña a veintisiete de junio de mil seiscientos treinta y tres, Mayor Fernández Pita, viuda de Gil Bermúdez de Figueroa, escudero que fue de la Real Audiencia, entretenida por S M, en el presidio de esta ciudad, primera que fue de Gregorio de Rocamonde...”. Una frase que anula la existencia de dicho matrimonio o no lo reconoce.  Teniendo en cuenta que del mismo nace su primera hija, es posible que algo tenga que ver  con esta hecho que dicho casamiento había sido concertado por su madre y no por ella misma, es decir que se casó por imposición materna y no libremente como sí lo hizo con Gregorio Rocamonde. Pero es solo una explicación de las muchas que uno puede suponer.

En contestación a su memorial, la Cámara del rey le envía la Cédula Real a favor de Mayor Fernández Pita: “Teniendo consideración a lo que Mayor Fernández da Cámara, viuda, mujer que fue de Gregorio Rocamonde, vecina de la ciudad de La Coruña, nos sirvió cuando el enemigo inglés vino sobre la ciudad peleando varonilmente en compañía de su marido, le hemos dado licencia para que persona o personas que dé su poder, puedan sacar de este Reino, al de Portugal, 200 mulas y muletos, además de las 300 que le dimos licencia por otra nuestra cédula en San Lorenzo a 4 de Septiembre de este año, que asienten en las espaldas de esta cédula la cantidad que cada vez se sacase y acabados de sacar la copien y envíen a Juan Vázquez de Salazar de nuestro Consejo y Secretario de la Cámara. Dentro de treinta días que se acabaren de sacar”. Lo suscribe en  San Lorenzo, a 28 de Octubre de 1596.

Con todo, después de librada esta cédula, de la cual no hizo uso, el 26 de agosto de 1606, en El Escorial, se le concede de nuevo autorización por otros dos años para poder sacar del Reino de Galicia al de Portugal, otros 300 mulos y muletos, que tampoco usó. Y en 23 de mayo de 1608, se le concede otra prórroga para que envíe a Portugal otras 200 mulas. 

Ninguna de ellas se llegó a ejecutar, pero eran independientes del disfrute que tenía de una renta vitalicia asignada por méritos en la defensa de la ciudad.

Aún así, e n 1606, solicita nuevas mercedes, como es el aumento de su salario, para pasarlo a diez escudos, además de una plaza en la guarnición para cada uno de sus hijos varones y también del incumplimiento que hacía el conde de Caracena de la Real Cédula de S M, emitida en 1596, para reparar los agravios del capitán Peralta y la restitución de los bienes incautados por éste, así como el pago de 200 ducados que le había impuesto de pena y otros mil ducados más que le habían hecho gastar en desplazamientos a la corte, para dar las quejas al rey.

   También se sabe que en 1615 cobraba diez escudos de sueldo mensual porque así lo confirma el Veedor y Contador de la Gente de Guerra del Reino de Galicia, Manuel Espinosa, quien certifica que “por los libros de mi oficio aparece que Mayor Fernández de Cámara y Pita goza de diez escudos de sueldo al mes en este Reino, de que su majestad le hizo merced y se le paga y socorre”. “Como a la gente de guerra y para que conste –continúa–a su pedimento doy la presente en la Coruña a 26 de Septiembre 1615”. 

En este punto, habrá que retroceder hasta 1596, cuando el monarca Felipe II le reconoce una paga de cinco escudos mensuales de por vida, mientras que en la Real Cédula de 1 de septiembre de 1606 emitida por Felipe III, dicho sueldo se le aumenta a ocho escudos en la graduación de Alférez, pasando por último a recibir los diez escudos señalados.

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