El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dedicó el inicio de su segunda jornada de descanso en las Rías Baixas a practicar senderismo, una de sus principales aficiones.
Rajoy se encuentra de vacaciones en la localidad pontevedresa de Sanxenxo, donde tiene una residencia, desde la tarde del pasado viernes, a la que desplazó junto con su mujer y sus hijos tras ofrecer una rueda de prensa en la Moncloa en la que hizo balance político y económico del año 2014 y marcó las prioridades para 2015.
con chubasquero
En torno a las 10.15 horas el presidente del Gobierno llegó en compañía del marido de la ministra de Fomento a uno de los puntos de inicio de la ruta de Pedra e da Auga de Ribadumia, un paseo de nueve kilómetros, que transcurre entre la localidad de Pontearnelas y Armenteira.
Rajoy iba ataviado con un pantalón de deporte azul marino, un chubasquero marrón y unas deportivas negras; mientras que su compañero y amigo Suárez Costa llevaba un pantalón vaquero, chubasquero y una gorra azules.
Está previsto que permanezca en Galicia hasta el próximo 4 o 5 de enero, si bien mañana se desplazará a Asturias para presidir la inauguración del subtramo Unquera-La Franca, que completa la A-8 en esa comunidad y que unirá Irún y A Coruña
Rajoy presidirá junto a la ministra de Fomento, Ana Pastor, la inauguración de este trazado de 4,2 kilómetros que ha supuesto una inversión cercana a los 70 millones de euros y que cerrará la comunicación por autovía entre Asturias y Cantabria.
No obstante, la A-8 como tal no estará completada en todo su trazado por la cornisa cantábrica hasta que en 2015 se ponga en servicio el tramo entre Torrelavega y Solares, en Cantabria.
Las obras de la Autovía del Cantábrico en Asturias, de unos 230 kilómetros de longitud, se iniciaron en 1989 en el tramo comprendido entre Oviedo y Siero, aunque finalmente dicho trazado quedó fuera de la A-8 tras la construcción como vía de gran capacidad de un ramal entre Gijón y Villaviciosa, inicialmente no previsto en el proyecto.
intenso debate
El diseño de la vía por el interior o por la costa había generado previamente un intenso debate en el seno del PSOE asturiano para definir el trazado de una autovía cuyos tramos se fueron licitando progresivamente hasta sumar un importe de 1.650 millones de euros y que fueron acumulando retrasos en los plazos de ejecución previstos.
La autovía que da servicio a toda la cornisa cantábrica arranca como tal en Bilbao en el entronque con la autopista de peaje AP-8, de 118 kilómetros, que enlaza la capital vizcaína con la frontera francesa.
En 1995 se cerró la conexión entre Bilbao y Santander y, siete años después, se puso en servicio el tramo entre Torrelavega y el límite con Asturias con lo que el trazado desde Francia ya quedaba completo por autovía hasta ese punto a la espera de la finalización, aún pendiente, del que discurre hasta Torrelavega y que evitará que los usuarios tengan que desviarse hacia Santander.