El arte de la sutileza para que cada uno construya su propia historia

El arte de la sutileza para que cada uno construya su propia historia
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El pintor literario, sus cuadros son una pequeña historia que el propio observador debe construir. Detalles muy claros, otros más sutiles, y muchas piezas que faltan para que el observador se imagine la continuación.

Son algunas de las características de la obra del pontevedrés Jorge Castillo, que ahora recoge la galería de arte Artby’s. 

La galería recoge 30 obras de Castillo en las que se puede apreciar su evolución, desde su época con más impresionista a como fue pasando por diferentes etapas, como el surrealismo, y también recoge sus influencias de otros pintores de la tierra como Luis Seoane.

Pero Castillo, tal y como cuenta el director de la galería, Camilo Chas, “era también un gran dibujante”. Quizás en sus primeras obras no era algo que se pudiera adivinar, ya que los trazos de sus figuras no son los más perfectos, “las personas que lo vean podrían llegar a decir que eso lo ha dibujado un niño”, comenta Chas. Pero en obras posteriores Castillo era quien de demostrar su gran técnica a la hora de dibujar, siendo capaz de dibujar los detalles de un cuerpo humano a la perfección, mezclándolo con trazos sutiles para que sea nuestra imaginación quien complete la figura en cuestión.

Esta mezcla fue clave en futuras obras del artista pontevedrés, que a través de sus figuras más reconocibles y de esos detalles más sutiles que iba dejando en sus cuadros, permite que seamos nosotros quienes construyamos la historia. 

“Los pájaros, las caras, esas llaves que no llevan a ningún sitio son muy comunes en su obra, él lo que quiere es que tu te compongas la escena, una escena surrealista, sin lógica ninguna”, comenta Chas sobre una parte de la obra de Castillo.

Arquitectura urbana
Pero esa primera parte corresponde a la obra de Castillo en los años 60 y 70, en los que destacaba, además de como pintor, como dibujante, reconocido a nivel internacional. En esta época pasaría por su etapa surrealista, en la que dejaba esas escenas sin lógica, para que cada uno se construya su historia.

Pero más tarde, a partir de los 80, Castillo comenzaría a realizar obras basadas en la arquitectura urbana. En concreto, Chas destaca la única obra de esta etapa que tienen en Artby’s, una pieza en la que Castillo trató de plasmar y dar su visión de la iglesia de San Felipe Neri, y de la plaza homónima.

En esta pieza, “quizá una de sus obras más espectaculares”, Castillo plasmó de una manera más real esta iglesia y plaza, situadas en el barrio Gótico de Barcelona y construidas sobre un antiguo cementerio, incluyendo incluso los daños de la metralla de los bombardeos que ocurrieron durante la Guerra Civil. Es aquí donde Castillo retoma las sutilezas, plasmando por todo el cuadro unos colores rojos, que hacen alusión a las víctimas de este conflicto armado.

El arte de la sutileza para que cada uno construya su propia historia

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