La ministra de Trabajo anulará el sindicato de trabajadoras sexuales y dice que le colaron un “gol por la escuadra”

La ministra de Trabajo anulará el sindicato de trabajadoras sexuales y dice que le colaron un “gol por la escuadra”
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio | Chema Moya (efe)

El Ministerio de Trabajo aprobó ayer el primer sindicato de trabajadoras sexuales de España, una decisión que la propia Magdalena Valerio calificó de “gol por la escuadra” y que anunció que tratará de anular.
La titular de Trabajo reconoció la incongruencia de dirigir el departamento que dio el visto bueno al sindicato con el feminismo en el que milita y pidió a la Abogacía del Estado que estudie la manera de anularlo. “Me han colado un gol por la escuadra”, “lo desconocía por completo”, “no pueden imaginar ustedes los sentimientos que tengo en este momento”, “el disgusto que me pillé ayer, cuando me enteré es uno de los más gordos de mi vida profesional y política, y llevo ya un cierto rodaje”, confesó Valerio.
Y es que la Dirección General de Trabajo, dependiente del Ministerio que ella dirige, es la que aprobó la constitución del sindicato, sin que ninguno de los técnicos por los que pasó el expediente haya avisado al equipo de la ministra. En declaraciones a la prensa, Valerio aseguró que fue “una sorpresa” conocer la publicación en el BOE de la resolución sobre el sindicato denominado Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras). 
El pasado 4 de agosto, el BOE publicó la constitución del sindicato después de que la Dirección General de Trabajo comprobase que reunía los requisitos previstos en la Ley Orgánica de Libertad Sindical y en el Real Decreto sobre depósito de estatutos de las organizaciones sindicales y empresariales. Un sindicato que tiene su domicilio en la plaza del Fénix de Barcelona, aunque su ámbito es estatal. “Si le hemos colado un gol, que contrate mejores porteras”, ironizó la secretaria general del nuevo sindicato, Concha Borrell, quien lamentó la postura de la ministra, que, en su opinión, “tiene que ver más con la moralidad que con la legalidad”.
Además, la acusó de “defender los intereses de la patronal de los burdeles y no los de las trabajadoras”. “Si es ilegal, que empiecen a cerrar macroburdeles y pisos, que empiecen a machacar a los empresarios. ¿Por qué no van a por los macroburdeles? ¿A quién están defendiendo en realidad? ¿Pero de dónde ha salido esta señora?”, se preguntó la trabajadora sexual y una de las impulsoras del sindicato. La primera petición de “paralización” del sindicato llegó de la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien pidió al Gobierno “que haga lo que tenga que hacer” para evitar la creación del mismo, ya que entiende que es “una manera descarada” de encubrir la trata de personas y la explotación sexual de las mujeres. 
“No se puede permitir que algunos de manera encubierta intenten legalizar la prostitución, el tráfico de personas, la trata y la explotación de mujeres”, les dijo Díaz a sus compañeros de partido. En nombre de las feministas, la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, manifestó su “sorpresa” y pidió explicaciones al Gobierno. “Estoy convencida de que, si mañana alguien va a registrar el sindicato de los camellos de la droga, comprueban algo más que el hecho de que tenga domicilio social”, aseveró Soleto.
Y es que, en su opinión, dar el visto bueno a una entidad que se llama “sindicato de trabajadoras sexuales”, implica que el Gobierno “está haciendo, aunque sea por vía indirecta, un reconocimiento de que existe el trabajo sexual. 
Menos dura se mostró la secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, quien calificó de “muy valiente” a Valerio “por reconocer un error y buscarle una solución inmediata”. l

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