Las protestas por la falta de licencias municipales para construir de nuevo en A Coruña no son ningún secreto, pero las cifras recogidas en un estudio del Instituto Galego de Estatística (IGE) ponen de relieve los reducidos movimientos que está permitiendo el Gobierno local de la Marea a pesar del interés de los promotores inmobiliarios que ya empezó a repuntar en 2017. Ese año en la ciudad solo se contabilizaron siete inmuebles nuevos destinados a usos residenciales frente a unas cifras que comenzaron a dispararse en Santiago o Vigo.
En los peores ejercicios de la recesión económica los proyectos para construir vivienda se redujeron notablemente y eso quedó reflejado en los balances de distintas instituciones, pero con un interés declarado de los profesionales del sector por reactivar la bolsa de viviendas nuevas en A Coruña la única explicación que se encuentra a las reducidas cifras de construcción del año pasado parece ser la dificultad que está poniendo el Consistorio para sacar adelante los permisos.
Un estudio del Instituto Galego de Estatística que recoge los números totales de 2017 muestra que en la localidad tan solo se registraron siete nuevos edificios o casas de uso residencial y dos construcciones dedicadas a otros menesteres. Incluso en 2012 y 2013, cuando la crisis estaba más presente, hubo más evolución en el capítulo de la vivienda.
Si bien es cierto que la gran caída que se produjo desde 2008 –se perdió casi un 86% del total de propiedades nuevas estrenadas al año– dificulta regresar al camino del ascenso, con una intencionalidad reconocida de construir por parte de los promotores y el notable incremento de los datos en otras de las grandes ciudades gallegas en el último ejercicio, se pone de manifiesto que la burocracia de la Marea está dificultando restablecerse a uno de los sectores que más empleo genera en la comarca.
Frente a las siete propiedades de A Coruña, en Santiago se construyeron 33 edificios o casas unifamiliares y en Vigo se llegó a 49. También se edificó para diversos usos de una manera más intensa. La realidad coruñesa de 2017 (la última que se ha conocido hace escasos días) se equipara a Pontevedra, y se queda por delante de Ourense y Ferrol tan solo por una obra en cada caso.
Por detrás de Sada o Curtis
Con esa estadística nada halagüeña, no es de extrañar que a la cabecera de comarca le hayan pasado por delante algunos municipios limítrofes o muy próximos. Hace meses los propios constructores reconocían la fuga de proyectos al área desde el año pasado por las negativas del Ayuntamiento a dar permisos.
Por ello, tanto en Abegondo (con 16 altas de propiedades), como en Arteixo (9) y Cambre (10) se contabilizaron más actuaciones para crear hogares. Lo mismo ocurrió en Culleredo (14), Oleiros (48), Sada (18) e, incluso, Curtis (9), una localidad de la comarca de Betanzos mucho más rural y alejada de diversos servicios. En este contexto, el dato de 2017 en la ciudad supuso tan solo el 1,4% del total de la provincia y menos de un 0,7% a nivel gallego.